martes, octubre 12, 2010

Gualeguaychú no solo es Botnia o carnaval/gentileza Verónica Toller ////

Diez mil personas participaron en la Fiesta Nacional de Carrozas Estudiantiles

Lleva más de 50 años y sigue vigente. La Fiesta Nacional de Carrozas Estudiantiles lució a pleno este fin de semana largo, con 24 realizaciones de temas libres y primaverales, trabajadas por jóvenes estudiantes secundarios de la ciudad.
El domingo por la noche fue el desfile pero hubo antes una previa -el sábado, con baile y proyección de imágenes en la costanera- y la elección de la Reina, cuya corona fue para la joven Florencia Etayo.
El paso de las carrozas comenzó poco después de las 21 y duró hasta casi la 1 de la mañana siguiente. En la inauguración, hubo un saludo de la Presidenta de la Comisión central Adriana Venditti, y la bendición del obispo local, monseñor Jorge Lozano.
El trabajo intenso de la estudiantina gualeguaychuense se desarrolla desde 2 a 3 meses antes, en galpones de la zona portuaria o en garajes prestados por padres y amigos. Creatividad, esfuerzo y aprendizaje son algunas de las notas distintivas de esta experiencia que no solamente es educativa sino de amistad y de responsabilidad con el trabajo.
Las carrozas son monumentales por sus dimensiones. Con cientos de kilos de hierro, bobinas enteras de papeles blancos, dorados, celofán; litros de engrudo, filas interminables de tarros de pintura, enjambres de alambre, electrodos y planchas de telgopor, los alumnos de 4to y 5to año de todas las escuelas de Gualeguaychú logran esta creación única en el país. La comunidad también aporta: la Comisión del Carnaval suele donar materiales, muchos comercios aportan harina, cartón, electrodos para soldar, pegamentos...
Cada carroza debe tener hasta 12 metros de largo, 4.30 de alto y 4 de frente. Tallas, colores, delicadeza, fortaleza. Los jóvenes de Gualeguaychú cortan, sueldan, tallan, pintan, pasan días trabajando en estos proyectos que son arte verdadero. Para el toque final, destellos tornasoles de givré.
Ser "carrocero" es toda una cuestión en esta ciudad. Los jóvenes aprenden a ampliar dibujos, tallar telgopor y gomaespuma, usar cartapesta, planificar. Construir carrozas requiere creatividad, disciplina, responsabilidad con los materiales y los tiempos de trabajo.
Las últimas noches casi no duermen alumnos ni padres. Varios profesores también colaboran; está el que lleva mate o torta, el que pone el auto para trasladar materiales de último momento, el que presta cables o grupos electrógenos para permitir luz y sonido en cada construcción, y el que aporta tractor o camioneta para tirar de las carrozas.
Las mejores de cada categoría –Primaverales y Libres- obtienen un premio que cada curso destina al viaje de 5to año.
La primera carroza que desfiló en Gualeguaychú fue "Álbum familiar" en 1959. Desde entonces, la fiesta estudiantil no se detuvo; unas dos mil carrozas han desfilado a lo largo de los años construidas por 55 mil estudiantes. El desfile es hoy único en América latina y se convirtió en el semillero de futuros directores de comparsas para el carnaval más importante del país y el tercero del mundo. Una fiesta que demuestra que esta ciudad es mucho más que Botnia.

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