martes, julio 17, 2012

La Garganta Poderosa con Eduardo Galeano: “Lo que pasó en Paraguay fue un golpe de Estado mal maquillado”


“Lo que pasó en Paraguay fue un golpe de Estado mal maquillado”

“Messi me hace soñar y amar”




Eduardo Galeano, en la revista de cultura villera La Garganta Poderosa
“Lo que pasó en Paraguay fue un golpe de Estado mal maquillado”

El reconocido y comprometido escritor Eduardo Galeano se refirió a la reciente destitución de Fernando Lugo como presidente de Paraguay: “Claramente, fue un golpe de Estado, que además estuvo mal maquillado. Se cayó la mascarita a los pocos minutos, y son vanas las pretensiones de disfrazar eso cuando dicen “bueno, se trata de un acto legal”. Hasta la propia sentencia que declara culpable a Fernando Lugo, termina aclarando que no hay pruebas, pero que no son necesarias porque se tratan de acontecimientos de público conocimiento, o sea que ellos mismos confiesan que esto es un perfecto mamarracho, y es un mamarracho al servicio de los intereses opuestos a la independencia del Paraguay”.

En una extensa entrevista brindada a La Garganta Poderosa, la revista de cultura villera escrita, fotografiada, dirigida y financiada por vecinos de distintos barrios marginados de la Argentina, el autor del libro Las venas abiertas de América Latina explicó por qué se sucedió el golpe contra Lugo: “Hubo un gobierno que quiso recuperar esa tradición de dignidad, que no estaba muerta. Entonces Lugo intentó, muy tímidamente, iniciar algunos cambios destinados a que el Paraguay volviera a ser el país más independiente de todos, el más justo, y eso fue un pecado imperdonable, desde el punto de vista de los dueños del poder. Siempre ocurre algo similar cada vez que hay tentativas de cambiar las cosas, porque eso se vive como una amenaza desde el enfoque de los dueños del orden establecido, que no quieren que nada cambie. Ellos lo viven como un peligro, una amenaza, aunque no sea en realidad un peligro grave, porque ni en Honduras ni en Paraguay había presidentes embarcados en revoluciones muy profundas, ni nada que se les parezca. Apenas anunciaron que empezaban a hacer, o que tenían la intención de hacer, alguna reforma. Si eso bastó para voltearlos, lo que quiere decir es que hay un veto, que yo supongo que viene de más arriba, que está más allá de los gobiernos que nos gobiernan, o que hay quienes gobiernan a esos gobiernos, gobernados desde afuera y desde arriba”.


En la íntima charla llevada a cabo en Uruguay, Galeano, quien en la producción fotográfica posa con una remera de la selección de fútbol paraguaya, que al dorso refleja el lema “LUGO 10”,  opinó sobre el rol que tuvieron los medios de comunicación en el golpe de Estado: “Siempre se crea un ambiente favorable a los golpes, que nunca vienen solos. Vienen acompañados, en todos los casos. No hay golpes aislados. Se van incubando de a poco y con el apoyo de los medios dominantes de comunicación, que tienen que convencer a la población de que hay una amenaza, de que hay riesgos de inseguridad grave, porque el fantasma de la inseguridad es el mejor abono para los golpes de Estado. En un mundo muy dominado por el miedo, el miedo manda, entonces se multiplica el miedo, y después aparecen los salvadores de la patria que vienen a sacarle jugo al poder”.

La Garganta es una cooperativa de trabajo de La Poderosa (www.lapoderosa.org.ar), una fuerza social de militantes anónimos y voluntarios, complementaria a las propuestas partidarias populares, que se construye desde las villas, buscando transformar la realidad a través de la organización y la unión vecinal con asambleas barriales, trabajo colectivo, actividades de educación popular y generación de cooperativas de trabajo, para actuar sobre las problemáticas de los barrios y caminar hacia una sociedad justa e igualitaria.

El encuentro con Eduardo Galeano se publica en el decimoctavo número de La Garganta Poderosa que ya está en las calles, y que llega a todos los kioscos del país. Además, podés escuchar el grito de La Garganta en twitter @gargantapodero y también en Facebook: “La Garganta Poderosa”.

La edición de julio también tiene en sus páginas, entre otras notas, una entrevista con el escritor y locutor Alejandro Dolina quien se explayó acerca de la actualidad de los medios de comunicación: “Hoy no existen restricciones a la libertad de prensa, sino a la libertad de empresa. Decir que es una limitación a la libertad de expresión es confundir el juego”; además, un íntimo reportaje con la actriz Dolores Fonzi sobre el aborto y la identidad de género: “No importa con qué genitales nacés”. Por si fuera poco, una superproducción con la presencia de varios actores exclamando que no se cierre otro cine nacional: Norman Briski, Laura Azcurra, Gastón Pauls, Carolina Papaleo, Esteban Prol y Arturo Bonín gritan: “Salvemos al Gaumont”.





Eduardo Galeano, en la revista de cultura villera La Garganta Poderosa
“Messi me hace soñar y amar”

El escritor uruguayo de Fútbol a sol y sombra se refirió al jugador argentino Lionel Messi con una teoría propia de su literatura: “Él es el único jugador que me hace soñar y amar. Yo soy autor de una teoría sobre él, aunque no tiene base científica. Creo que Messi es como un caso único en la historia de la humanidad, porque es alguien capaz de tener una pelota adentro del pie. Siempre se dice que Maradona la llevaba atada, pero Messi la tiene adentro del pie, y eso científicamente es inexplicable, pero vos ves que lo persiguen 7, 11, 22 rivales para sacarle la pelota y no hay manera de sacársela. ¿Por qué? Porque la buscan afuera del pie, y está adentro. Ahora ¿cómo puede caber una pelota adentro del pie? Es un fenómeno inentendible, pero es la verdad, él lleva la pelota adentro, no afuera”.

En una larga entrevista otorgada a La Garganta Poderosa, la revista de cultura villera escrita, fotografiada, dirigida y financiada por vecinos de distintos barrios marginados de la Argentina, Galeano se explayó acerca de su amor por el fútbol: “El fútbol sigue siendo la pasión popular más importante del mundo; les guste o no les guste a quienes siguen todavía aferrados a los viejos prejuicios de izquierda y derecha, que han tenido y compartido sobre el fútbol. Para la derecha, el fútbol era la prueba de que los pobres piensan con los pies; y para la izquierda, el fútbol tenía la culpa de que el pueblo no pensara. Esa carga de prejuicio, hizo que se descalificara una pasión popular, porque siempre había algún intelectual que se alzaba para decir: ‘Eso no está bien’, como si hubiera gente señalada por el dedo de Dios, para decir cuáles son las alegrías permitidas y cuáles no. Lamentablemente eso también pasa en la izquierda, o en una izquierda que todavía no se ha enterado que Stalin murió; esta idea de que el partido o algún intelectual tienen el derecho de decidir cuál alegría es legítima y cuál no. Entonces, el fútbol era una alegría ilegítima, porque desviaba al pueblo de sus destinos revolucionarios. Una estupidez total, y los hechos demostraron que no tenía nada que ver con nada. Yo sigo siendo un apasionado del fútbol y a mucha honra”.

En el íntimo encuentro realizado en Uruguay, el escritor de Las venas abiertas de América Latina profundizó sobre su pasión por la pelota: “Yo no juego, porque juego muy mal; soy bochornosamente un pata de palo, completo pata de palo, o sea, fui el mejor jugador de mi país y del mundo, pero sólo en sueños, mientras dormía. Al despertar, la cruda realidad me decía que yo no podía llegar ni a la esquina, que por ese camino, no iba a llegar muy lejos”.

La Garganta es una cooperativa de trabajo de La Poderosa (www.lapoderosa.org.ar), una fuerza social de militantes anónimos y voluntarios, complementaria a las propuestas partidarias populares, que se construye desde las villas, buscando transformar la realidad a través de la organización y la unión vecinal con asambleas barriales, trabajo colectivo, actividades de educación popular y generación de cooperativas de trabajo, para actuar sobre las problemáticas de los barrios y caminar hacia una sociedad justa e igualitaria.

El encuentro con Eduardo Galeano se publica en el decimoctavo número de La Garganta Poderosa que ya está en las calles, y que llega a todos los kioscos del país. Además, podés escuchar el grito de La Garganta en twitter @gargantapodero y también en Facebook: “La Garganta Poderosa”.

La edición de julio también tiene en sus páginas, entre otras notas, una entrevista con el escritor y locutor Alejandro Dolina quien se explayó acerca de la actualidad de los medios de comunicación: “Hoy no existen restricciones a la libertad de prensa, sino a la libertad de empresa. Decir que es una limitación a la libertad de expresión es confundir el juego”; además, un íntimo reportaje con la actriz Dolores Fonzi sobre el aborto y la identidad de género: “No importa con qué genitales nacés”. Por si fuera poco, una superproducción con la presencia de varios actores exclamando que no se cierre otro cine nacional: Norman Briski, Laura Azcurra, Gastón Pauls, Carolina Papaleo, Esteban Prol y Arturo Bonín gritan: “Salvemos al Gaumont”.



Galeano sobre Fontanarrosa: 

"Con él, compartíamos varias locuras; y el fútbol era una de esas. Me dolió muchísimo la muerte del Negro, que además sufrió una muerte muy injusta, porque se fue desintegrando, viste. Primero perdió un brazo, después el otro, luego una pierna, una cosa de una crueldad… Un hombre tan bueno como él, no merecía eso, pobrecito. Pero bueno, así fue nomás. Me acuerdo que una vez hicimos juntos una experiencia que íbamos a repetir, hasta que después se agravó la peste de mierda que acabó con él, y ya no pudimos, pero estaba contentísimo con la idea. Creo que fue la última alegría que tuvo y no se pudo repetir. Hicimos una presentación los dos juntos, en un teatro grande de Rosario, sin guión: dos sillas, él en una, yo en otra; como si estuviéramos charlando en la calle, en un café, sin saber para dónde íbamos ni nada. Yo leí unos textos cortos de los que a mí me gustan escribir, para que la pelota se pusiera en movimiento. Y fue una charla que duró una hora, con un éxito enorme. A la gente le encantó, porque era libre. Se hablaba de cualquier cosa, lo que se nos cantara. Habíamos quedado que al terminar de leer lo mirara, que me iba a decir algo. Terminé de leer, lo miré y me dijo: “Yo te admiro muchísimo, Eduardo, te admiro enormemente, no te imaginás cuánto te admiro… Leés sin lentes”. Una carcajada explotó al unísono, la gente se rió como media hora seguida, y yo le hice una guiñada al Negro como diciéndole: ‘Ya está, ningún peligro, esto termina bárbaro’, porque lo que bien empieza bien termina. Y así fue". 

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