lunes, mayo 07, 2012

Algunos pasajes del libro WikiMediaLeaks de Martín Becerra y Sebastián Lacunza///Medios y gobiernos de América Latina, expuestos por Wiki Media Leaks


DIARIO SOBRE DIARIOS


 
Algunos pasajes del libro WikiMediaLeaks de Martín Becerra y Sebastián Lacunza

Lo que los diarios no contaron sobre ellos mismos
Los medios de comunicación siempre están ávidos por informar a sus audiencias. A excepción de cuando son ellos los sujetos de la noticia. La muerte de un escritor que opacó una “cobertura favorable” en Clarín. Una visita de los hermanos Saguier a la embajada de EE.UU. para denunciar intimidaciones y episodios extraños. El lobby de las productoras norteamericanas previo a la aprobación de la ley de medios. Y en Brasil, una queja por la cobertura de la campaña electoral.


Pese a que ya pasó más de un año dela difusión de cables secretos, Wikileaks sigue dando que hablar en nuestro país. Esta vez por la salida de un libro, “WikiMediaLeaks”, que compila todos los despachos confidenciales que hicieron referencia a los medios de comunicación de América Latina. Acuerdos secretos, relaciones reservadas entre las empresas periodísticas y la Casa Blanca desfilan a lo largo de la obra, como así también las quejas de algunos medios o los intercambios informativos entre periodistas y funcionarios norteamericanos. 

Los autores son Sebastián Lacunza Martín Becerra. El primero, periodista de la sección Internacionales de Ámbito Financiero y el segundo, especialista en medios y políticas de comunicación, docente de las universidades de Quilmes y Buenos Aires.

El antecedente fue el libro “ArgenLeaks” publicado el año pasado por el editor de Internacionales de Página/12, Santiago O´Donnell, que ya incluía algunos cables sobre la relación entre periodistas y medios argentinos con “la Embajada”. 

Precisamente O´Donnell firma el prólogo de este nuevo libro y señala allí que “a través de Wikileaks, la filtración más grande del mundo, miles y miles de cables de las embajadas estadounidenses, los autores te muestran lo que no te contaron los diarios. Y claro, lo que no te contaron son todos los negocios que tienen los diarios, los tipos a los que los diarios protegen porque les conviene, y cómo tapan todo con una puesta en escena y un discurso de ‘periodismo independiente’. Eso que vos ya sabés, pero no sabés cómo funciona, porque nadie te lo mostró porque los diarios no muestran eso”. 

Lacunza había publicado en el sitio de Ámbito algunos cables de WikiLeaks referidos a los medios de comunicación argentinos, que no habían salido antes en la tanda de revelaciones que hicieron Página/12 y La Nación.

Diario sobre Diarios (DsD) publica aquí algunos fragmentos del libro que incluyen la negociación del ex jefe de Gabinete Alberto Fernández para una cobertura favorable de un discurso de CFK en Clarín y una opinión del embajador estaounidense sobre la ley audiovisual. También una cita reservada con los propietarios de La Nación, Julio y Fernán Saguier, quienes expresaron sus quejas sobre el trato del Gobierno a la prensa y, por último, el lamento de un candidato presidencial brasileño por el tratamiento que le daba a su campaña el grupo O Globo. 

La reproducción de estos tramos fue autorizada por los autores del libro.

Fontanarrosa y la ley de medios
Sostienen Lacunza y Becerra que en 2007 “el Gobierno de Néstor Kirchner entraba en la recta final, pero subía, por la misma senda, la senadora Cristina Fernández de Kirchner. Más ascendía y más crecía la desconfianza entre Clarín y el Ejecutivo”.

En ese marco, “en ocasión del lanzamiento de la candidatura presidencial de Cristina Fernández en el Teatro Argentino de La Plata, un texto del 20 de julio de 2007 firmado por (el embajador estadounidense Anthony) Wayne ilustra a qué nivel, según los informantes de la Embajada, se llevaba a cabo la negociación diaria entre el kirchnerismo y Clarín: ‘De acuerdo a un contacto de prensa de la Embajada, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, había contactado al CEO del gigante Clarín, Héctor Magnetto, para negociar una cobertura positiva del discurso de la primera dama’”. Añade que “el despacho cita que ‘una fuente de prensa’ informó sobre este pequeño pacto pese al deterioro del vínculo que ocasionaba el foco puesto por el diario ‘en casos de corrupción del Ejecutivo’”.

La curiosidad del episodio también quedó consignada en los cables. En uno de los párrafos el libro relata que “un hecho fuera de cálculo, como fue la muerte del escritor y humorista gráfico de Clarín Roberto Fontanarrosa, impidió al diario cumplir con el compromiso de darle a la candidata presidencial la tapa completa, afirmó Wayne”.

El libro también recoge opiniones de Wayne en medio del debate por la ley audiovisual. El 23 de abril de 2008 el diplomático emitió un informe titulado “El gobierno argentino y los medios: ¿Preocupaciones de información sesgada, conspiración y monopolios?”.

Allí, Wayne reflexiona: “La parte irónica del presente conflicto es que el Gobierno tiene cierta razón (has a point) acerca del Grupo Clarín: Tiene una enorme influencia por su presencia dominante en la prensa, TV, cable y radio. Muchos otros actores de la prensa han deplorado este hecho ante nosotros”. Otro reporte sobre el tema diría que “de ningún modo” se puede definir a Clarín como un monopolio.

Wayne brinda otras definiciones interesantes sobre el periodismo argentino:

• “No hay dudas de que medios y diarios tienden a criticar al Gobierno, y que ponen más el foco en rumores y afirmaciones no chequeadas que lo que indicarían los mejores estándares del periodismo”. 

• “La habilidad y voluntad de los medios para hacer investigaciones es limitada”. 

• “La mayoría de los medios tienden a evitar la confrontación seria con el Gobierno”. 


Cita reservada con los Saguier
En otro pasaje, “WikiMediaLeaks” comenta que “se incrementaban semana a semana los escarceos por el reemplazo de la Ley de Radiodifusión de la dictadura nº 22285/1980. En un contexto de ánimos alterados por el conflicto con la dirigencia rural, el 28 de mayo de 2008 tuvo lugar una ‘conversación informal’ entre el CEO de La Nación, Julio Saguier; el subdirector del diario, Fernán Saguier y el embajador Wayne, en la que los ejecutivos denunciaron ‘intimidaciones’ de parte del Gobierno Nacional, se quejaron por el esbozo de la ley de medios y otras regulaciones, mencionaron una ‘sutil advertencia’ que el Ejecutivo les había enviado a través de un medio del empresario Hadad, y hasta llegaron a plantear sospechas por graves ‘delitos’ cometidos contra periodistas del diario, como un asalto y un secuestro virtual”.

Afirma el libro que “según el texto firmado por el propio Wayne, los Saguier le indicaron que el Gobierno estaba buscando enemigos ‘a los que culpar de sus problemas’… ‘Uno de ellos será probablemente la prensa’… ‘El otro podrá ser el Gobierno estadounidense’, agregaron ante el embajador norteamericano”.

Relatan los autores que en ese despacho “Wayne reflexiona: ‘La Nación adoptó una postura de ‘solidaridad’ con su competidor, Clarín, y evidenció un contacto amistoso sobre estos temas en las reuniones de directorio de Papel Prensa, la planta de papel de propiedad conjunta (en la cual el Gobierno argentino también posee participación) que abastece a ambos periódicos’”. 

Párrafos adelante, Becerra y Lacunza aseguran que “no todo lo denunciado fueron alusiones elípticas, presiones económicas o jaloneos políticos. La cúpula del segundo diario de la Argentina transmitió sus sospechas de que el Gobierno estaba detrás de delitos penales de diverso tipo, incluso violentos (…) Julio Saguier también informó que tenía la certeza de que los teléfonos y las computadoras del diario estaban siendo intervenidos y hacheadas”. 

Y en ese sentido, “otro hecho que generó sospechas a los directivos de La Nación tuvo por víctima al periodista de la sección política Mariano Obarrio: “Ladrones irrumpieron en la casa de Obarrio, cerca de un año atrás, el mismo día en que había retirado una suma en efectivo para comprar un nuevo departamento. Los ladrones tenían cierto conocimiento previo, ellos creen, basados en pruebas de escuchas telefónicas y en que aparentemente habían podido entrar (al domicilio de Obarrio) con llaves”. 


Un intercambio con Mariotto
Otro pasaje del libro comenta que en los días previos a la aprobación de la ley audiovisual “como es lógico, la Embajada prestaría su oído a las productoras y canales de TV estadounidenses radicados en la Argentina, producto del histórico desarrollo de la televisión paga (fundamentalmente, el cable) en el país y de que muchas de ellas habían centralizado en Buenos Aires su operatoria para Latinoamérica”.

Según señala el libro, “Wayne en persona comenzaría a buscar la forma de incidir en la ley de medios a favor de esas compañías. La delegación estadounidense organizó un encuentro entre Omar Szulak, ‘principal asesor de Mariotto’, y representantes de empresas como Fox Latin American Channel, Turner Broadcasting, MTV, Disney, HBO y Discovery, que según el texto, habían invertido ochocientos millones de dólares en los dos años previos y empleaban en forma directa a 2.700 personas”.

En ese encuentro, comentan los autores, “las firmas estadounidenses explicaron un dato que sería la punta por la cual Wayne terminaría compartiendo la motivación primordial del proyecto que definían por entonces Gabriel Mariotto y un reducido grupo de especialistas, como el profesor de la UBA Damián Loreti: ‘Las empresas estadounidenses explicaron por qué la publicidad es la principal fuente de ingresos para la TV paga (en Argentina), ya que las tarifas pagadas por los operadores de cable a los canales están tendiendo a cero, debido a la concentración de la propiedad que ha resultado de las fusiones y adquisiciones en el mercado’”. 


Una queja sobre O Globo
En el plano internacional, WikiMediaLeaks comenta que “en agosto de 2006, visitó la Embajada Fernando Braga, Secretario de Economía y Planificación del Estado de São Paulo y uno de los asesores clave del principal rival de Lula en su intento de reelección, el exgobernador paulista Geraldo Alckmin (2001-2006)”.

Afirma que “a pesar de la creencia de buena parte del elenco del Partido de los Trabajadores (PT) acerca de la animadversión del Grupo Globo hacia las candidaturas de Lula, primero, y de Rousseff, años después, no fueron ellos los que denunciaron al principal multimedios brasileño, sino el entorno del candidato conservador”.

Y consigna que “un despacho de la Embajada da cuenta de las quejas del asesor Braga: ‘Lamentó el poder de la ‘Red Globo’, la mayor empresa de medios, para definir los términos del debate público” en el contexto electoral. Para Braga, la ‘independencia periodística’ y el ‘alto perfil del Jornal Nacional’ (el telediario con mayor audiencia en Brasil) no acompañaron según sus deseos la candidatura presidencial de Alckmin”.

Según el libro, “para el enviado de Alckmin, Lula habría mejorado su relación con el Grupo de Marinho perdonándole deudas y colocando ‘publicidad masiva’ a través de ‘agencias gubernamentales y empresas de propiedad estatal’, sobre un presupuesto global de propaganda gubernamental de 500 millones de dólares anuales”.

“Denunció Braga que ‘mientras que el fundador del Grupo Globo, Roberto Marinho, se había iniciado como periodista, sus hijos, que ahora controlan la empresa, son empresarios y están mucho más interesados ‘en los intereses comerciales’ que en la política”, completa.

AMBITO AMBITO AMBITO

Lobby, excesos, relaciones inconfesables y análisis lúcidos en los textos diplomáticos de EE.UU.
Medios y gobiernos de América Latina, expuestos por Wiki Media Leaks 
 
Aparece esta semana en las librerías «Wiki Media Leaks. La relación entre medios y gobiernos de América Latina bajo el prisma de los cables de WikiLeaks», escrito por el docente de las universidades de Quilmes y Buenos Aires Martín Becerra y el periodista de Ámbito Financiero Sebastián Lacunza. El texto ilumina relevantes detalles sobre las gestiones entabladas en los últimos años entre las embajadas de Estados Unidos en la región, políticos y empresas periodísticas. Una trama que pinta además una época que merece ser analizada evitando las simplificaciones. En un anticipo editorial, se publican aquí algunos tramos del trabajo.





ARGENTINA

TM Designado (Gabriel) Mariotto en el COMFER, la Embajada se tomó en serio el asunto y empezó a desentrañar el proyecto de ley de medios. Le dedicaría a esta iniciativa varias reuniones, se interesaría en pormenores de la estructura mediática.

El embajador (Earl Anthony) Wayne pintó un amplio panorama al respecto, el 23 de abril de 2008, en un texto que destaca que Néstor Kirchner permitió a Clarín la fusión de Cablevisión y Multicanal, «que le dio una presencia dominante en el sector». Ese factor, que perjudicaba a las señales norteamericanas que habían quedado con poco margen para negociar, ya que sólo había un operador dominante que imponía precios y condiciones, sería uno de los que llevaría a la Embajada a no confrontar con la ley de medios.

(...) En el largo memorándum, Wayne menciona las quejas contra el Gobierno de Cristina Fernández de una asociación de periodistas -no la nombra- y, acto seguido, cita la explicación sobre la pelea con los Kirchner que le había dado un editor de Clarín, al que también deja en el anonimato.

Cita Wayne a su fuente:

«Estábamos dedicándonos sólo a informar cuando llegó, por sorpresa, esta ofensiva crítica. Sólo podemos concluir que ellos preferían elegir un enemigo con el que pelearse antes que perseguir a la gente (que protestaba por los impuestos al agro) por las calles. Además, probablemente quieran dominar a los medios los próximos años».

El diplomático deja de lado estas explicaciones edulcoradas y pasa a verter su perspectiva. Tres párrafos sintetizan su verdadero pensamiento.

c «La parte irónica del presente conflicto es que el Gobierno tiene alguna razón acerca del Grupo Clarín. Éste tiene una enorme influencia por su presencia dominante en la prensa, TV, cable y radio. Muchos otros actores de la prensa han deplorado este hecho ante nosotros».

c «Hay todavía bastante libertad de prensa en la Argentina, como lo evidencia todo el debate y la cobertura sobre lo que el Gobierno está haciendo con respecto a los medios».

c «Nuestra firme sospecha, sin embargo, es que el Gobierno está motivado por la revancha y el deseo de tener una prensa bajo control, no la defensa de la pluralidad» (cable del 23 de abril de 2008: «El Gobierno argentino y los medios: ¿Preocupaciones de información sesgada, conspiración y monopolios?»).

Aunque menciona que el Ejecutivo de Cristina de Kirchner «no cerró ningún medio» ni cometió actos de censura grave, advierte que «algunos periodistas creen que el Gobierno tiene pinchados sus teléfonos»:

«Podemos ver que los Kirchner podrían tentarse a tomar algunas medidas contra la prensa si la situación se deteriora, pero que ello sería contraproducente e improbable en esta sociedad con altos niveles de educación».

(...) Para brindar un panorama más amplio sobre el papel de Clarín y la intención del la Casa Rosada, Wayne cita opiniones de terceros recabadas por la embajada, como las de Daniel VilaRomán LejtmanDaniel Hadad y Bernardo Neustadt.

(...)

Un abordaje diferente, menos alarmado y más irónico, es el que tuvo en octubre siguiente el vicepresidente del Grupo Clarín, José Antonio Aranda, en un despacho con un título llamativo: «Magnate de medios argentinos sobre la ley de medios, y la ley de la selva de los medios argentinos».

En la visión de Aranda, por la debilidad en la que había quedado el Gobierno de Cristina de Kirchner dada la derrota contra la dirigencia rural, «no habrá un impulso serio a la nueva ley, al menos este año». «La ley no es posible», aseveró el vicepresidente. Poco antes, el CEO de Clarín, Héctor Magnetto, le había asegurado a Wayne: «El Congreso no la aprobará». Tal era la seguridad que, meses más tarde, el diario Clarín anticipaba en tapa que el Gobierno se disponía a adelantar la entrega del poder si, como era previsible, perdía las elecciones de medio término. En el diálogo con Wayne, Aranda se permitió mofarse de Mariotto:

«Bromeó que Gabriel Mariotto está todavía de gira por el país buscando apoyo a la nueva ley en provincias remotas como Tierra del Fuego, y el Gobierno seguramente sabe que no tendrá chances de hacer algo con la ley este año».



MÉXICO

TM La legación estadounidense estima que, pese a que el presidente (Felipe) Calderón «se ha comprometido públicamente a fomentar la competencia en la economía local», desde que asumió el PAN en el año 2000 (entre 2000 y 2006 gobernó Vicente Fox«el progreso ha sido mínimo».

El despacho de la delegación estadounidense avanza en lo que configura toda una denuncia política y social, que con algún maquillaje retórico, podría hasta formar parte de un texto crítico de una agrupación de izquierda universitaria. Para el embajador, hay que ser «realistas»: cuando se pide abrir la competencia económica, ello implica contrariar a magnates del calibre de Carlos Slim. Esto se conecta con el financiamiento de la política, toda vez que «estos gigantes de la economía a menudo ayudan a los costos de financiamiento de las campañas, y en el caso de Televisa y TV Azteca, a la cobertura de control de la televisión de la política mexicana» (cable del 16 de julio de 2008: «¿Quiénes son los más ricos entre los líderes de los negocios en México?»).

El diplomático Garza reconocía que no sólo los grandes barones de la economía son un obstáculo para el progreso, sino también la debilidad de la regulación, la ausencia de defensa de los derechos de los consumidores y, fundamentalmente, «la corrupción generalizada»:

«Domar la corrupción generalizada y fortalecer el sistema judicial también ayudaría a promover la competencia».

El contraste abismal entre las fortunas de los principales multimillonarios mexicanos y la mayoría de la población fue mencionado en varios despachos de la embajada. Uno de ellos subraya:

«La designación del dueño de Telmex, Carlos Slim, como el hombre más rico del mundo este año (2007) ayudó a avivar el sentimiento anticartelización. En lugar de una fuente de orgullo, la mayoría de los mexicanos vieron con disgusto la noticia de un compatriota que supera en riqueza a Bill Gates».



VENEZUELA

TM Según la visión crítica de la delegación norteamericana, no se trató sólo de crear medios oficialistas o de retirar licencias a los opositores, sino de pactar con algunos de los grupos concentrados ya existentes.

Venevisión, uno de los dos canales de TV más importantes de Caracas, había sido puesto por el Gobierno en la misma bolsa que RCTV y Globovisión a la hora de denunciar el complot que derivó en el Golpe de Estado de 2002. De hecho, en un editorial emitido el 12 de abril, día de la instauración del efímero Gobierno de facto dirigido por Pedro Carmona, Venevisión declaró su «orgullo de haber contribuido» a la caída del mandatario constitucional, y algunos le atribuyen a su propietario,Gustavo Cisneros, dueño del grupo, un rol crucial como estratega de la asonada.

Sin embargo, a partir de 2004, tras una instancia de mediación promovida por la ONG del expresidente norteamericano James Carter, el canal abandonó el tono militante contra Chávez y acentuó el perfil pasatista. Ello fue visto por muchos representantes del arco opositor y la embajada como un pacto implícito o explícito con el Gobierno.

En mayo de 2007, cuando no fue renovada la licencia de RCTV, los canales de TV abierta Venevisión y Televén recibieron una nueva concesión, aunque no por los 25 años solicitados.

A menos de tres semanas de esa renovación, el 12 de junio de 2007, en medio de la ebullición internacional que tenía lugar por la caducidad de RCTV (que junto a Venevisión congregaba el setenta por ciento de la facturación publicitaria televisiva), la funcionaria del Departamento de Estado, Deborah McCarthy, y otro diplomático cenaron con los ejecutivos del Grupo Cisneros, Luis Villanueva y María Antonieta Mendoza de López. Los estadounidenses querían saber de qué lado estaban:

«Tanto Villanueva como López expresaron su frustración por la percepción pública de que RCTV había caído peleando mientras que Venevisión se había vendido al Gobierno. Por el contrario, argumentaron que la campaña de RCTV contra Chávez había sido irresponsable y que había sacrificado su frecuencia por nada mientras que Venevisión mantiene sus reservas esperando el momento adecuado para desafiar al Gobierno de Venezuela» (cable del 25 de junio de 2007: «Encuentros de McCarthy con personalidades de los medios y la política venezolana»).

La dupla del grupo de Cisneros destacó ante la funcionaria que la renovación de la licencia había sido sólo por cinco años, y que incluso creían que en los dos años siguientes (2007-2009), la concesión a Venevisión sería revocada (no ocurrió). Los ejecutivos resaltaron que habían actuado «de forma inteligente para hallar un modus vivendi con el Gobierno de Venezuela y mantenerse vivos y funcionando».

No obstante:

«Villanueva y López también enfatizaron que Cisneros está trabajando en silencio y personalmente fuera de Venezuela para instruir a los líderes de la amenaza del chavismo, y que había dado instrucciones a Venevisión de elevar su cobertura de las protestas estudiantiles» (NDR: que reclamaban por el cierre de RCTV).



CV MARTÍN Y MÍO

Martín Becerra (Santa Fe, 1968) es especialista en medios y políticas de comunicación. Es doctor en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona, profesor titular de las universidades nacionales de Quilmes y Buenos Aires, e investigador independiente en el Conicet. Se desempeña como docente de posgrado en universidades argentinas y del exterior, consultor de organismos públicos y ONG nacionales y extranjeros. Es autor de libros sobre estructura y concentración de medios en América Latina (con Guillermo Mastrini publicó “Los dueños de la palabra” y "Los monopolios de la verdad", en 2009, y “Los magnates de la prensa”, en 2006) y sobre políticas de comunicación (“Sociedad de la Información, proyecto, convergencia, divergencia”, en 2003). Trabajó como periodista y colabora con diarios y revistas sobre política de medios y convergencia digital. Sus escritos están disponibles en el blog Quipu (http://mbecerra.blog.unq.edu.ar). En Twitter es @aracalacana


Sebastián Lacunza (Buenos Aires, 1972) trabaja como periodista en la sección Internacionales de Ámbito Financiero. Desde 2000, ha realizado para ese diario coberturas de elecciones, crisis sociales y políticas en América, Europa y Medio Oriente. Se desempeña, además, como corresponsal en Argentina del diario Il Manifesto (Italia) y ha trabajado o colaborado en Perfil, BAE y las agencias IPS y EFE (Berlín), entre otros medios. Es egresado de Ciencias de la Comunicación (Universidad de Buenos Aires) y cursó posgrados en Opinión Pública (Flacso) y Nuevos Soportes de la Información (Universidad del País Vasco, España). Ha integrado diversos colectivos de periodistas y participó del libro “Jornalismo Investigativo e Pesquisa Científica” (2011, Brasil). Es profesor titular en la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales e integra de un grupo de investigación en la UBA. Su blog es http://www.sebastianlacunza.blogspot.com . En Twitter, @sebalacunza .

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