La titular de la Tupac Amaru habló con Tiempo Argentino, después de presentarse ante la justicia por una denuncia en su contra del senador Morales. Sembró dudas sobre la legitimidad de su citación y acusó a la clase política jujeña.
Después de la experiencia del martes, cuando tuvo que presentarse ante un juez para defenderse de la acusación que le hizo el senador Gerardo Morales, la titular de la Tupac Amaru, Milagro Sala, está convencida de que los jueces en la Argentina deberían ser elegidos por voto directo. “Con esto, los que quedan mal parados son los jueces, porque muestran que no tienen independencia y que sólo defienden a los sectores políticos para seguir existiendo”, razonó ante Tiempo Argentino.
Después de la experiencia del martes, cuando tuvo que presentarse ante un juez para defenderse de la acusación que le hizo el senador Gerardo Morales, la titular de la Tupac Amaru, Milagro Sala, está convencida de que los jueces en la Argentina deberían ser elegidos por voto directo. “Con esto, los que quedan mal parados son los jueces, porque muestran que no tienen independencia y que sólo defienden a los sectores políticos para seguir existiendo”, razonó ante Tiempo Argentino.
– ¿Cómo se explica la citación?
–Era lo que les faltaba. Venían acusando, diciendo que me iban a meter la causa y lo lograron porque el juez es amigo de Morales. Nosotros denunciamos la asociación que tienen, pero insisten injustamente con que soy la autora de ese escrache. Yo igual estoy tranquila, sé que esto es político y estaba preparada, sabíamos que este día iba a llegar. Pero a nosotros nos acompañó mucha gente, de todos lados, gente cercana y no. Eso muestra que estamos en el camino correcto. En cambio con esto, los que quedan mal parados son los jueces, porque muestran que no tienen independencia y que sólo defienden a los sectores políticos para seguir existiendo.
–¿Por qué cree que la eligieron a usted?
–Porque no aceptamos a la corporación política. Ellos están acostumbrados a hacer todos los negocios sin que nadie les diga nada. Hay miles de ejemplos. El senador Jenefes es el prototipo. El tipo no se pierde un negocio. Y los jujeños le venimos diciendo basta. A mí no me pueden decir que agache la cabeza porque tengo el traste sucio, porque yo nunca robé nada, sólo di, di y di. Hicimos casas, fábricas, escuelas. Y después, los que roban, los que violan los derechos, son los que me juzgan a mí. Están todos locos. Y eso se lo dije bien clarito al juez, hay un delito electoral en el que está imputado el hijo de un diputado provincial, una denuncia de tráfico de estupefacientes en el sistema penitenciario, y una por tráfico de harina en la quebrada. Todos expedientes guardados hace años. Y el mío llega en menos de lo que canta un gallo.
–¿Crees que la justicia puede cambiar? –A mí me gustaría que exista otra justicia, que todos los argentinos por voto directo digamos a quién queremos poner como juez. Que no pase lo de ahora, que los mete cualquiera, y no hay independencia.
–Te acusaron muchas veces de ser violenta. ¿Cuál es el objetivo?
–A todas las organizaciones sociales nos dicen que somos violentas. Dicen que la gente está cansada, pero no es la gente, son ellos. Cuando ellos hacen diez mil negociados, ellos ejercen violencia robándonos a los que menos tenemos. Y usan eso de la violencia para justificarse y tapar otras cosas. Hace quince días atrás reprimieron en una masacre a los vendedores ambulantes, y mientras negociaban mi causa. Todo lo ilegal lo hacen legal. Los negociados no son para repartir a la gente sino para quedárselos ellos. Somos violentos para ellos.
–Con la denuncia, la Tupac Amaru cobró visibilidad nacional, ¿cómo cambió el movimiento a partir de ese momento? –Nosotros siempre decíamos que era bueno mantenernos en perfil bajo, porque nos daba miedo que los compañeros se entren a nublar por plata. Lamentablemente, pasó lo de Gerardo. Pero yo preferiría no estar en la prensa. Hay tantas necesidades que uno tiene que estar dedicándose a los que necesitan y a hacer cosas, porque si te rodeás de prensa, por ahí te olvidas que los compañeros te necesitan. En la provincia, a los compañeros les sirvió mucho por el reconocimiento de todas las tareas que vienen haciendo. En el transcurso habrán pasado por el barrio más de cinco mil personas, tratando de saber de esta experiencia. Nosotros estamos acostumbrados a hacer y discutimos muy poco. Para otros, la discusión política es primordial.
– ¿Cómo se definen hoy en relación al gobierno?
–Soy kirchnerista, ya no me calienta negarlo. Hay cosas que hicieron mal y las criticamos, y cosas que se hicieron bien y las defendemos. Pero hay que criticar sobre la construcción. No sirve la crítica sobre la crítica. Y la oposición no da alternativas de nada, no se escucha cómo quieren distribuir la riqueza, qué van a hacer con la asignación, nada.
Por Lucia Álvarez - Diario Tiempo Argentino
–Era lo que les faltaba. Venían acusando, diciendo que me iban a meter la causa y lo lograron porque el juez es amigo de Morales. Nosotros denunciamos la asociación que tienen, pero insisten injustamente con que soy la autora de ese escrache. Yo igual estoy tranquila, sé que esto es político y estaba preparada, sabíamos que este día iba a llegar. Pero a nosotros nos acompañó mucha gente, de todos lados, gente cercana y no. Eso muestra que estamos en el camino correcto. En cambio con esto, los que quedan mal parados son los jueces, porque muestran que no tienen independencia y que sólo defienden a los sectores políticos para seguir existiendo.
–¿Por qué cree que la eligieron a usted?
–Porque no aceptamos a la corporación política. Ellos están acostumbrados a hacer todos los negocios sin que nadie les diga nada. Hay miles de ejemplos. El senador Jenefes es el prototipo. El tipo no se pierde un negocio. Y los jujeños le venimos diciendo basta. A mí no me pueden decir que agache la cabeza porque tengo el traste sucio, porque yo nunca robé nada, sólo di, di y di. Hicimos casas, fábricas, escuelas. Y después, los que roban, los que violan los derechos, son los que me juzgan a mí. Están todos locos. Y eso se lo dije bien clarito al juez, hay un delito electoral en el que está imputado el hijo de un diputado provincial, una denuncia de tráfico de estupefacientes en el sistema penitenciario, y una por tráfico de harina en la quebrada. Todos expedientes guardados hace años. Y el mío llega en menos de lo que canta un gallo.
–¿Crees que la justicia puede cambiar? –A mí me gustaría que exista otra justicia, que todos los argentinos por voto directo digamos a quién queremos poner como juez. Que no pase lo de ahora, que los mete cualquiera, y no hay independencia.
–Te acusaron muchas veces de ser violenta. ¿Cuál es el objetivo?
–A todas las organizaciones sociales nos dicen que somos violentas. Dicen que la gente está cansada, pero no es la gente, son ellos. Cuando ellos hacen diez mil negociados, ellos ejercen violencia robándonos a los que menos tenemos. Y usan eso de la violencia para justificarse y tapar otras cosas. Hace quince días atrás reprimieron en una masacre a los vendedores ambulantes, y mientras negociaban mi causa. Todo lo ilegal lo hacen legal. Los negociados no son para repartir a la gente sino para quedárselos ellos. Somos violentos para ellos.
–Con la denuncia, la Tupac Amaru cobró visibilidad nacional, ¿cómo cambió el movimiento a partir de ese momento? –Nosotros siempre decíamos que era bueno mantenernos en perfil bajo, porque nos daba miedo que los compañeros se entren a nublar por plata. Lamentablemente, pasó lo de Gerardo. Pero yo preferiría no estar en la prensa. Hay tantas necesidades que uno tiene que estar dedicándose a los que necesitan y a hacer cosas, porque si te rodeás de prensa, por ahí te olvidas que los compañeros te necesitan. En la provincia, a los compañeros les sirvió mucho por el reconocimiento de todas las tareas que vienen haciendo. En el transcurso habrán pasado por el barrio más de cinco mil personas, tratando de saber de esta experiencia. Nosotros estamos acostumbrados a hacer y discutimos muy poco. Para otros, la discusión política es primordial.
– ¿Cómo se definen hoy en relación al gobierno?
–Soy kirchnerista, ya no me calienta negarlo. Hay cosas que hicieron mal y las criticamos, y cosas que se hicieron bien y las defendemos. Pero hay que criticar sobre la construcción. No sirve la crítica sobre la crítica. Y la oposición no da alternativas de nada, no se escucha cómo quieren distribuir la riqueza, qué van a hacer con la asignación, nada.
Por Lucia Álvarez - Diario Tiempo Argentino
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