Por: Pablo Ibáñez
Hugo Moyano cree allanado el camino a la cima del PJ bonaerense. Tanto que pergeña, en reserva, cuál será su próximo paso: pretende que un dirigente gremial o patrocinado por su club sindical sea el candidato a vicegobernador del peronismo en 2011.
En pocos días, cuando se reponga de la gripe que lo tiene a los tumbos desde hace más de 10 días, el camionero dará el último paso para sentarse en la butaca que dejó vacante Alberto Balestrini.
Convocará al Consejo del PJ para asumir, por “default”, la presidencia.
Los festejos, todavía contenidos, de la cúpula del moyanismo derivan en elucubraciones múltiples sobre el control, efectivo, que el camionero tendrá del partido una vez que se ponga al frente. Piensa, con libreto sindical, que será como manejar un gremio.
Moyano, con su staff estable –Juan Carlos Schmidt, Omar Plaini, Omar Viviani, Jorge Mancini, Octavio Argüello– celebra la victoria sobre la cofradía de intendentes del conurbano que resistió, y algunos todavía lo hacen, su entronización en el partido. Y planean la próxima escala de su aventura bonaerense que, en parte, deben a la íntima rivalidad entre Balestrini y Hugo Curto: fue el matancero quien puso a Moyano de vice como atajo para bloquear la pretensión del metalúrgico de Tres de Febrero para ser el dos del partido.
Desde que, en Mar del Plata, lanzó la Corriente Sindical, el moyanismo comenzó a planificar una estrategia expansiva que tenía, como objetivo puntual, instalar candidatos gremiales en cargos ejecutivos. Una potencial postulación de Moyano apareció como el objetivo más ambicioso.
Pero el camionero, en público y en privado, ha relatado que su pretensión es encabezar una jugada que le tribute beneficios a los gremios como actores políticos, sin que su propósito personal sea ser, él mismo, postulante a la gobernación o a la presidencia.
Entrevió el camionero que abundan los candidatos a gobernador y que muchos de esos son, a su vez, candidatos a la vice en un fórmula peronista. Pragmático, se puso a trabajar sobre la hipótesis de pactar con los aspirantes a cambio de ponerles el dos.
Una remake, 40 años después, del enlace entre Oscar Bidegain y Victorio Calabró, que terminó con el gobernador fuera del poder.
En CGT, días atrás, hablaban –con un dejo de ironía– de una fórmula Alicia Kirchner-Hugo Moyano. Creen, sin embargo, que la avanzada de la hermana K es, de todas las construcciones pingüinas, la más endeble, incluso con el manejo de un mega fondo social. Es más: en ese caso, el dos de la fórmula podría ser para un moyanista pero no para Moyano.
Cerca del camionero deslizan, en tanto, que el guiño de Daniel Scioli para que asuma la jefatura del PJ esconde un entendimiento invisible: los gremios tendrán, dicen, voz y voto para incidir sobre quién será el eventual compañero del binomio del gobernador.
No es el único que piensa en esa plataforma que tiene, además, el encanto de un Scioli sin reelección. Días atrás, Osvaldo Goicochea, jefe del bloque de senadores del PJ bonaerense, le pidió al gobernador –en su presencia– esa butaca en el sidecar para un dirigente de su sección, la Quinta.
Hay, además, buena sintonía con Sergio Massa y hasta Moyano se permitió un comentario, entre risas, pero con un trasfondo de verdad, cuando se cruzó con Amado Boudou en la previa del acto por Evita el pasado lunes.
—¿Vas a ser candidato a gobernador? –lo interrogó el camionero–.
—Vamos a caminar… –gambeteó Boudou–.
—Yo te pongo el vice: Jorgito Mancini… –dijo y largó la carcajada.
LA HORA DE LOS TRABAJADORES.
ResponderEliminarRODRIGO AMAYA.