martes, julio 06, 2010

SEXO ENTRE MENORES EN LAS ESCUELAS DE LA CAPITAL FEDERAL: “Los niños toman como ejemplo el discurso del “todo vale” de los adultos”, señaló la Licenciada. Ana María Dubaniewicz /////


 
Que una parejita de adolescentes tenga sexo dentro de una escuela, pasaría hasta por considerarse una trasgresión a las normas escolares y sociales, tal como era hace años fumar en los recreos dentro de los baños.
El problema radica en la gravedad tanto del hecho mismo despojado de pudor y considerado hasta un factor de reconocimiento social entre pares, como más grave aún la edad de la niña púber con un niño apenas adolescente.

Los niños, adolescentes y jóvenes toman como modelos a personas de los ámbitos familiares y sociales a quienes imitar, no necesariamente positivos para su formación como adulto.
En una comunidad actualmente plagada de representantes y comunicadores sociales corruptos, no idóneos, egocéntricos, ansiosos de dinero, fama y poder en la que "todo vale" con tal de alcanzar sus objetivos, olvidando estos adultos cuidar a los niños, adolescentes y jóvenes de los resultados de su accionar.

Si para obtener dinero y poder, se necesitan mantener circuitos de adicciones, de delincuencia, de prostitución y pornografía, de perversión, de consumo de alcohol y explotación, de trata y enfermedades, y para estos fines se valen de las personas más desprotegidas y vulnerables, tendremos lógicamente un despertar temprano también de todo lo atinente a la sexualidad infantil.

Utilizar a los bebés, niños, adolescentes y jóvenes como instrumentos para la obtención de réditos adultos, garantiza impunidad y representa "violencia" física y/o psíquica sobre los mismos, que no pueden responder con criterio propio.

Las transgresiones y delitos cometidos por los niños, adolescentes y jóvenes, son síntomas que manifiestan en actos, la violencia que reciben a diario sobre sí mismos de distintas maneras. Esa violencia no necesariamente puede representarse como maltrato físico.

Que un niño no tenga para comer, que viva en promiscuidad, que su familia no tenga trabajo digno, que el adolescente no esté escolarizado o que el joven sea explotado por su condición, también es violencia social agravada por la situación de desprotección familiar en la que vive un alto porcentaje de la población argentina. 

Los modelos o ideales sociales que nuestros niños, adolescentes y jóvenes reciben, son acomodaticios, superficiales, sin ética, sin solidaridad, equidad ni sentimientos de justicia social y para obtener nuevas generaciones que no cuestionen los poderes gubernamentales, políticos o de los distintos estamentos que nos gobiernan, nada mejor que abrirles la puerta primero al consumo de alcohol a todos sin distinción de clases sociales, para, luego de utilizarlos, descartar a los más pobres por envenenamiento con "paco" o la muerte a manos de las fuerzas de seguridad que debieran protegerlos.

No nos asombre entonces que el maltrato social y la impunidad de que gozan los adultos inescrupulosos, sirva de distorsionado modelo idealizado a imitar.

Cuando esos ideales se tornan inalcanzables, son los mismos chicos quienes sin criterio de realidad, nos lo hacen saber a través de la misma violencia que recibieron pasivamente, pero esta vez volcada sobre sus pares o al resto de la sociedad  en forma de "inseguridad".

Luego los ministros se reúnen a estudiar el factor "inseguridad", "garantismo" o "mano dura", revictimizando a nuestros chicos como culpables de haber sido abusados o violados, de haber tenido sexo temprano, de ser violentos, de prostituirse o posar para que los mayores comercien pornografía sobre sus intimidades físicas y psíquicas y de todas aquellas atrocidades que se cometen en nombre de la mezquindad, y la crueldad adulta.

Licenciada en Psicología Ana María Dubaniewicz
MN 5852 

Buenos Aires, 06 de Julio de 2010.-
Roberto G. Reif
Teléfono: 15 4065 0921
========================================================================

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts with Thumbnails