En un mundo donde los crímenes, las guerras imperiales, el hambre y el nuevo caos/vértigo/apuro van siendo parte cotidiana del hacer de millones de habitantes del planeta, una muerte, un asesinato impune que lleva 32 años, puede aparecer a ésta altura como: «ya pasó, las cosas siguen».
Para quienes lo conocimos sabemos que el olvido es el daño a la memoria y hemos decidido hacernos a la certeza de NO OLVIDAR. Y no olvidamos, silencios cómplices, mentiras sobre su muerte y censuras logísticas, que ejercieron con tremenda precisión no sólo la derecha mediática, sino también algún «periodista» o funcionarios de turno.
Mario escribía, Mario creía en «el hombre organizado», Mario comenzó su militancia en la JP a los 16 años. Mario sigue su militancia en quienes no hacemos del olvido un culto pos/moderno.
Mario no cesaba en su terca y bella actitud, de saber que la lucha es diaria, Mario era fana de River, Mario distribuía los comunicados donde se denunciaban las agresiones y amenazas a los compañeros, cuando el silencio de esos años era la trampa del miedo, Mario se hacía amigo en 1993 de los nuevos soportes tecnológicos, Mario amaba a su hijo Federico y a su compañera Felicia, Mario un 11 de noviembre -al caer la tarde- partía rumbo a diarios, agencias, radios y canales para informar sobre periodistas amenazados en San Luis, y postergaba su ida al encuentro de capacitación «La Radio a las puertas del tercer Milenio», que se organizaba en el Auditorio de ATE.
Militó en la dictadura .
Fue periodista y militante en pleno auge menemista, cuando los periodistas que investigaban eran perseguidos, presionados , atacados y como en el caso de Bonino : asesinado .
Mario preguntaba. Preguntaba todo el tiempo. Le gustaba la pregunta como método para incorporar conocimiento y acción.
Mario preguntaba, indagaba y si algo no lo convencía, te volvía a los interrogantes básicos de cualquier hacer político: ¿para qué? ¿por qué?. Como diría Pablo Freire: «El arte de hacer preguntas parece fácil y es infinitamente profundo». Bonino era un preguntador serial. De mucha calle. Y comprometido con el tiempo que le tocó vivir. Mario, era parte de una organización: La UTPBA.
«Cada día vienen nuevas remesas de cosas que pasaron. Tras el párpado pasan más cosas, pasan por delante, pasan desapercibidas o pasan.» dice el autor español Daniel Seseña. Y Mario No Pasó. Está en cada momento nuestro.
Héctor Sosa.
Amigo y compañero de Mario.
Editor de Motor Económico,
PRENSA MAC
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