Y al final de sus días todos se fueron, si tuvo familia, esposa o hijos nada se sabe...
Murió en las frías calles al lado del único ser que lo aceptó sin nada material, pero si con un corazón noble y que en sus últimos días se aferro a él como su única esperanza y su única familia.
Se durmió y ya no despertará más... ya no podrá alimentarlo o abrazarlo más en las noches frías de invierno, ni en las tibias noches de verano.
La lealtad de un perrito es increíble.
(De Horacio Pedroni)
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