jueves, abril 27, 2023

"Me hice rosista para ser peronista".







ROSAS:

"Me hice rosista para ser peronista".  A muy temprana edad mi nono me habló de Rosas. Me contó que aquel patriota, barrido bajo la alfombra por la historia oficial, se enfrentó a la soberbia imperialista logrando resguardar nuestra integridad territorial.

Rosas no pretendió ser un prócer idílico y tampoco buscó la veneración perpetua plasmada en mármol, su existencia se forjó en una única premisa: la defensa de la Patria.  

Restauró el órden, la justicia y la participación de los/as invisibilizados/as por la élite unitaria, centralista y apátrida.

Don Juan Manuel nació con privilegios, pero se atrevió a renunciar a ellos, trascendió a su clase y se convirtió en pueblo.  Cuando se hizo cargo de la gobernación de Buenos Aires los/as paisanos/as comenzaron a levantar la mirada y los/as afrodescendientes dejaron de sentirse esclavos.

Los candombes dejaron de ser sonidos clandestinos para volverse el ritmo oficial de los festejos colectivos. Cuando la flota imperialista fue vencida definitivamente en la Punta del Quebracho, nuestros entrañables gauchos y negros se adueñaron de las calles porteñas para festejar la gran epopeya.

Sin lugar a dudas es el antecedente histórico del 17/10/1945 porque produjo el mismo terror y asco en las clases acomodadas. A Rosas no lo odiaron por ser un "tirano", la verdadera causa fue el amor que por él sintieron los/as orilleros/as. 

El mismo odio les generaría Perón un siglo después.  Cuando se ocupó de las relaciones exteriores de la Confederación, no reculó ante los mandatos del imperialismo, lo enfrentó, lo derrotó y hasta logró hacer tronar sus cañones en señal de desagravio.  A Juan Manuel lo derrocaron los antepasados de los que bombardearon la plaza en 1955. 

Una horda inmunda de traidores y cipayos que aún siguen conspirando en contra de los intereses nacionales.  Don Juan Manuel fue un hombre digno, valiente y honesto, cualidades que fueron reconocidas hasta por sus más feroces enemigos y detractores. 

Juan Manuel fue condenado al exilio como Juan Domingo, no les perdonaron que se atrevieran a sublevar al subsuelo de la Patria. A ambos los tildaron de tiranos, los maldijeron, calumniaron y proscribieron por una sola razón: la inigualable capacidad que ambos tuvieron de movilizar y dignificar a las clases populares. 

La oligarquía apátrida no odia nombres propios, odia a lo que ellos representan.  Don Juan Manuel y Don Juan Domingo son las bases del nacionalismo de inclusión, el que construye puentes y derrumba muros, el que no hace foco en las diferencias y solo prima una coincidencia: el amor por la Patria ejercido en la defensa de los intereses colectivos.  

Reivindicaré hasta el final de mis días el legado de Rosas y Perón...porque me hice rosista para ser peronista.  ¡Viva Rosas y Perón!   🇦🇷✌️🇦🇷 

Escribió el compañero Patria Libre 🇦🇷✌⚪🔴⚪

@Tano2412  https://twitter.com/Tano2412

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