El 11 de
mayo de 1974 moría acribillado a balazos el padre Carlos Mugica cuando salía de
la Iglesia Francisco Solano, donde acababa de celebrar una misa.
El “cura
villero” adhirió incondicionalmente al Movimiento de Sacerdotes por el Tercer
Mundo y luchó por mejorar las condiciones de vida de la gente humilde.
Nacido
en el seno de una familia conservadora y antiperonista, Mugica más tarde se
volcaría con fervor al movimiento que lideraba Juan Domingo Perón. -
ORACIÓN DEL
PADRE MUJICA.
El 11 de mayo de 1974, un comando encabezado por Rodolfo Eduardo Almirón, miembro de la Triple A, asesinó al padre Carlos Mujica.
El 11 de mayo de 1974, un comando encabezado por Rodolfo Eduardo Almirón, miembro de la Triple A, asesinó al padre Carlos Mujica.
Diez años después,
en 1984, un ex custodio del ex ministro de Bienestar Social, José López Rega, -Juan
Carlos Juncos-, confesó haber participado en el operativo por orden de su jefe.
Esta es una oración que había inventado y solía rezar:
Señor: perdóname por haberme acostumbrado a ver que los chicos parezcan tener ocho años y tengan trece.
Señor: perdóname por haberme acostumbrado a chapotear en el barro. Yo me puedo ir, ellos no.
Señor: perdóname por haber aprendido a soportar el olor de aguas servidas, de las que puedo no sufrir, ellos no.
Señor: perdóname por encender la luz y olvidarme que ellos no pueden hacerlo.
Señor: yo puedo hacer huelga de hambre y ellos no, porque nadie puede hacer huelga con su propia hambre.
Señor: perdóname por decirles “no sólo de pan vive el hombre” y no luchar con todo para que rescaten su pan.
Señor: quiero quererlos por ellos y no por mí.
Señor: quiero morir por ellos, ayúdame a vivir para ellos.
Señor: quiero estar con ellos a la hora de la luz.
Esta es una oración que había inventado y solía rezar:
Señor: perdóname por haberme acostumbrado a ver que los chicos parezcan tener ocho años y tengan trece.
Señor: perdóname por haberme acostumbrado a chapotear en el barro. Yo me puedo ir, ellos no.
Señor: perdóname por haber aprendido a soportar el olor de aguas servidas, de las que puedo no sufrir, ellos no.
Señor: perdóname por encender la luz y olvidarme que ellos no pueden hacerlo.
Señor: yo puedo hacer huelga de hambre y ellos no, porque nadie puede hacer huelga con su propia hambre.
Señor: perdóname por decirles “no sólo de pan vive el hombre” y no luchar con todo para que rescaten su pan.
Señor: quiero quererlos por ellos y no por mí.
Señor: quiero morir por ellos, ayúdame a vivir para ellos.
Señor: quiero estar con ellos a la hora de la luz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario