martes, enero 04, 2011

QUIEREN QUE EL GOBIERNO REPRIMA AL PUEBLO.

Evidentemente, el 2011 va a ser un año determinante. Quizás el más importante que a muchos de nosotros nos toque vivir. Andaremos deambulando por los días con expectativas en lo planificado; mirando diarios y noticieros buscando noticias relativas al gobierno y a nosotros mismos; deseando que las políticas públicas sean favorables a los humildes de la Patria y tratando de interceder por ellas ante el Estado. Pero la madre de todas  las batallas vuelve a ser la elección a Presidente. Cristina o Cobos; Cristina o Alfonsín; Cristina o Macri; Cristina o Duhalde.
 
   La sensación es que en cualquiera de estos escenarios, hoy, estamos ganando. Las encuestas también dicen esto. Pero la derecha, en el último bimestre de 2010, luego de la muerte de Kirchner (una semana antes habían provocado la muerte de Ferreyra), entró a la escena electoral combinando lanzamientos electorales con violencia. Duhalde se postuló cerrando el bimestre luego de 6 muertos, sumando a Ferreyra, los dos Qom de Formosa y los 3 de la ocupación de Soldati.
 
 
LOS MOTIVOS
 
   Néstor se fue dejándonos un mito en construcción. El hombre que murió luchando contra las corporaciones nunca reprimió y el pueblo reconoce toda su lucha y esfuerzo por distribuir las riquezas. Los pibes de hasta 30 lloraban lo mismo que los viejos. Y desfilaron por su féretro agradeciendo derechos cumplidos: obreros, cooperativistas con remeras de Argentina Trabaja, lo mismo que muchísimos universitarios, completando la gama necesaria para triunfar. En las elecciones últimas y en las batallas por derechos, los sectores medios faltaron a la cita hasta que con la Ley de Medios empezaron a asomar.
 
   El kirchnerismo explotó, derrumbando el dique de la indiferencia construido piedra por piedra desde 1976 por la oligarquía. Muchas son las cosas que puede traer el agua del posible desborde de masas: Pautas programáticas debatidas desde las organizaciones populares; organización social y política comprometida con la transformación democrática y revolucionaria de la sociedad; profundización del debate acerca de cómo organizarnos; nuevos cuadros; nuevas prácticas más acordes a esta nueva etapa (¿después del 2011, qué?); nuevas ideas; nueva mística; nueva identidad con los actores del proceso de cambio.
 
   El kirchnerismo nació como un espacio ideológico de masas. Es el peronismo, mas buena tradición de la izquierda; mas muchos radicales, mas la lucha social de los ´90, mas todo lo nuevo.
 
   La derecha sabe que está ante un momento decisivo. Percibió el riesgo de una seria derrota electoral que le signifique minoría en el Congreso y los gobiernos provinciales y locales. Pero fundamentalmente, la oligarquía corre el riesgo de que se consolide un Movimiento Nacional, Popular y Revolucionario que la haga retroceder en sus conquistas de la etapa neoliberal. Y no están dispuestos a conceder.
 
   Los medios concentrados, que son la conducción política estratégica de la derecha, plantean que el gobierno debe reprimir el conflicto social. Quieren que golpeemos, reprimamos y hasta matemos pobres y trabajadores en conflictos sociales. Buscan desnaturalizar al gobierno nacional y popular y separarlo de los sectores más dinámicos y politizados, que acompañan y son levadura y argamasa del proceso. Quieren que Cristina pise el palito.
 
   Los muertos de los conflictos sociales, en definitiva, aparecieron cuando el kirchnerismo emerge como una síntesis de las luchas sociales y los sueños de las mayorías populares. Fueron arrojados en medio de la corrida de los jóvenes y los sectores medios al encuentro con su gobierno. La Unión Ferroviaria primero, la policía formoseña y la policía metropolitana. ¿Casualidades? No. Es un plan de la derecha que quiere separarnos del pueblo y que lo reprimamos. Y la izquierda gorila se presta al juego.
 
   La izquierda liberal y funcional a los grupos económicos también sacó cuentas del acompañamiento popular en el velatorio de Néstor y está preocupada. Un grupito trotskista, el MAS, sacó afiches que decían: “la única juventud militante es la que construye el socialismo”, mientras el Partido Obrero mete cuñas en el ferrocarril Roca entre trabajadores, usuarios y Estado, armando trifulcas funcionales al Duhaldismo y a la derecha. La burocrática Unión Ferroviaria con su patota, completan la escena.
 
   En este marco, la política antirrepresiva de Cristina y Nilda Garré son una apuesta superior al coro de medios y políticos que piden palos y balas para reprimir lo que ellos desatan: la inseguridad pública. Es una sensación que construyen a través de diarios y canales y amplifican para todos sus consumidores. Si en la foto hay un cana mandado por el gobierno, ¡eureka!, tendremos una Cristina antipopular y represora. Por eso que el gobierno respondió con más democracia y más tolerancia, el único camino posible para los pueblos.
 
 
NOSOTROS. LA REVOLUCION DESDE ABAJO
 
   Somos una enorme multitud de hombres y mujeres, jóvenes, mayores, desocupados, trabajadores, clase media y hasta pequeños empresarios; gente del campo y la ciudad. Casi toda la sociedad. Necesitamos construir una mayoría política para distribuir las riquezas y continuar ampliando la democracia. Con Cristina ahora y con Néstor antes, logramos avanzar tanto que ahora no queremos retroceder.
 
   Con Kirchner empezó un proceso de cambios desde el Estado, que recogió las demandas del estallido del 2001. Una “transformación desde arriba” que ahora debe mutar hacia una “revolución desde abajo”, para que el proceso político siga desarrollándose. ¡¿Qué es “profundizar el modelo”!?. Escuchamos a muchos hablar de esto. Nosotros mismos decimos bienintencionadamente esto “que el modelo sea más profundo es ir más a fondo, desde abajo”.
 
   El gobierno estuvo siempre delante de la agenda pública. Decíamos que “va por delante del pueblo”, siendo una especie de vanguardia política que acaudilló al conjunto y que sorprendió siempre con iniciativas propias. Es una forma de conducción necesaria, pero que deja poca organización comunitaria y política, porque nos cuesta digerir colectivamente los avances.
 
   Este año la economía creció un 9%. Es muchísimo. Desde el 2003 crecemos fuertemente y esto ya no es una preocupación. Por este rumbo ni la crisis de 2008 frenó el impulso. Pareciera que sólo una crisis política puede detener el proceso y la derecha sabe esto, por eso se esfuerza en generarla. Pero “Nosotros” sabemos que nuestro rol es desarrollar el Poder Popular, construir el abajo, para volcar ese crecimiento en más derechos sociales. Gestión, producción y lucha social para terminar con la pobreza y llegar al 50% de participación de los trabajadores en la ganancia nacional, tal como propuso Kirchner antes de morir.
 
   Debe aparecer el Poder Popular empujando, proponiendo más medidas a favor del pueblo, movilizando a los sindicatos, mejorando la organización barrial, fortaleciendo la organización de cuadros e invitando a participar al pueblo en las grandes decisiones populares del gobierno. Y deben aparecer los programas. O el Programa. Sin una guía para la acción de todos nosotros no podemos tener tácticas eficaces.
 
   No es el gobierno el que debe poner el Programa. Somos “Nosotros” los que debemos hacerlo. Son la CGT, la CTA, los movimientos sociales, todas las organizaciones libres del pueblo las que deben construir y mantener un punteo de cuestiones para avanzar en la industrialización, la inclusión al mundo laboral de los que todavía no pudieron acceder al trabajo estable; el blanqueo; más educación y más salud. En los `80, los 26 puntos de la CGT pusieron norte a la dispersión del movimiento popular. Hoy nos puede ayudar a debatir con toda la sociedad y resistir los embates ideológicos de los medios y la derecha, como las políticas represivas, la inflación que provocan los empresarios, su voracidad expoliadora de nuestros recursos y su procura de ganancias sin inversión, a costa del pueblo.
 
   Estamos obligados a ser mejores y más estrictos en las cuestiones organizativas. Como dijeron Zannini y Taiana en un acto en Plaza Congreso: “necesitamos organizaciones populares fuertes” para seguir avanzando. También dijo el primero: “con más disciplina”, para sostener los acuerdos y el debate de ideas. Por eso, el avance del movimiento espontáneo exige la existencia de núcleos más firmes ideológicamente, aptos para los combates políticos necesarios hoy, unidos, suficientemente inteligentes y capaces de construir hegemonía para el gobierno popular. A los miles de nuevos militantes tenemos que ofrecerles más lugares de participación. Además de mejorar los existentes, hay que organizar nuevos espacios y formas, para que los anteriores se enriquezcan con los recién llegados y los nuevos militantes crezcan conectados a la tradición de lucha de nuestro pueblo.
 
   La derecha sabe que tenemos la proa puesta en la dirección de resolver todos estos problemas del movimiento popular. Que si los jóvenes, los pobres y los trabajadores resolvemos los problemas de la unidad y la organización, ganamos en el 2011 y con ello se puede abrir un proceso de participación y poder popular que transforme muy profundamente economía y la sociedad. No hay que caer en provocaciones violentas de la derecha y alentar la participación de los jóvenes y los trabajadores, lo cual es una alfombra roja al largo camino hacia un futuro feliz del Pueblo y la Patria.
 
 
Diciembre 25 de 2010.
 
 
 
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