viernes, octubre 29, 2010

Néstor Kirchner puso de pie a la Argentina. Por Sergio Fernández Novoa* "Su muerte me desgarra el alma porque era uno de los nuestros, quizás el mejor", escribió Juan Domingo Perón el 24 de octubre de 1967 ante el asesinato de Ernesto Che Guevara. Y esas mismas palabras pueden repetirse hoy ante la pérdida irreparable que significa la muerte de Néstor Kirchner.



Expresan el dolor que sentimos todos aquellos que luchamos por el bienestar de nuestro Pueblo, por una Patria Justa, Libre y Soberana. Lucha que tendrá, a partir de ahora, nuestros esfuerzos redoblados en el acompañamiento al proyecto nacional y popular que encabeza nuestra presidenta Cristina Fernández.

Kirchner fue la expresión de un Pueblo cansado de la injusticia, decepcionado por la falta de respuesta de una democracia por la que tanto bregó. Un emergente de la rebelión popular que los días 20 y 21 de diciembre de 2001 ganó las calles para profundizar la democracia y no para derribarla.

A partir del 25 mayo de 2003, día en que Néstor Kirchner asumió la Presidencia de la República, la Argentina se puso de pie.

La economía se recuperó. El trabajo fue el motor de la nueva etapa. Los trabajadores recuperaron paulatinamente sus ingresos y la democracia se fortaleció de la mano de las paritarias y los convenios colectivos de trabajo.

Con ellos, comenzó a recuperarse el consumo, la producción y la perspectiva de una vida mejor.

También se recuperó soberanía. El Fondo Monetario Internacional dejó de dictar la política económica. La deuda externa de ser la piedra en el cuello que nos impedía respirar.

Argentina volvió a mirar a su Pueblo, a sus hermanos de América Latina, a dejar atrás las oprobiosas relaciones carnales.

La Unasur, de la que fue Secretario General hasta su muerte, fue la mayor expresión de unidad y emancipación de los pueblos liberados por San Martín, Bolívar y los patriotas de la patria grande.

La Justicia, con mayúsculas, también fue un pilar de la reconstrucción nacional. El juicio y castigo a los responsables del terrorismo de Estado dejó la retórica para hacerse realidad. No hubo impunidad, tampoco discrecionalidad.

La renovación de la Corte Suprema de Justicia fue mucho más que la demostración de la independencia de poderes. Significa una garantía para todos los argentinos, incluso para quienes nos negaron durante años las garantías más elementales.

Néstor Kirchner puso a la Argentina de pie. Y eligió hacerlo con el Pueblo, desde las necesidades y aspiraciones de los más humildes. Esto le costó mucho. El ataque de las corporaciones, a quienes enfrentó. La injuria de los grupos mediáticos, de los dueños de los agronegocios, con quienes se plantó de igual a igual.

Sabía que ponía en riesgo su salud, sin embargo eligió seguir la lucha porque por sobre todas las cosas era un enorme militante.

Y quiso el destinto que su gélida y entrañable tierra santacruceña fuera el lugar de su último latido.

Quedó claro que no dejó sus convicciones en la puerta de la Casa Rosada cuando le tocó presidir los destinos de la Patria.

Néstor Kirchner inició el camino que hoy sigue su compañera y Presidenta Cristina. El camino que todos aquellos que abrazamos la causa por la justicia social, la independencia económica y la soberanía política tenemos la obligación de continuar.

*Sergio Fernández Novoa, vicepresidente de Télam y presidente del Consejo Mundial de Agencia de Noticias

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