Posted: 27 Sep 2010 12:15 AM PDT
La presidenta Cristina Kirchner, anunció en su ultimo discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) que evalúa la elección de un tercer país neutral para garantizarle a la República Islámica de Irán un "juicio justo" para los ocho funcionarios iraníes acusados por el atentado contra la AMIA. Es preciso analizar, que sucedería con los querellantes y el fiscal. Con los testigos, las pruebas acumuladas, y la calidad y veracidad de estos elementos fundamentales.
Sabemos a través de las redes de periodismo no alineadas, que Estados Unidos y sus aliados continúan señalando y acusando a Irán como patrocinador del terrorismo. Su táctica incluye colocar a Irán como responsable del atentado en Buenos Aires, que destruyó la asociación mutual de la comunidad judía AMIA, matando a ochenta y seis personas e hiriendo a 300, en el año 1994.
Esta operación en los medios que intenta atar y utilizar temas sensibles para Argentina y el mundo, tiene un fin ultimo mas complejo aun: La deshumanización de Irán y sus ciudadanos, que antecede un ataque armado, dirigido por los Estados Unidos y su principal aliado, el estado de Israel.
Esta campaña de demonización dependió en gran medida de la decisión que en el pasado tomara la Asamblea General de Interpol, cuando votó a favor de poner cinco ex funcionarios iraníes y un líder de Hezbollah en la lista de alerta rojo de la organización policial internacional, por supuestamente haber planeado en 1994 la explosión de julio. Sin embargo, el Wall Street Journal informa de que era la presión de la administración Bush, junto con los diplomáticos israelíes y argentinos, lo que garantizó el voto de la Interpol.
Interpol, dista de ser una organización confiable, en julio del corriente año, su Presidente Jackie Selebi fue encontrado culpable de cargos por corrupción al comprobarse que había recibido sobornos de un narcotraficante.
La manipulación de la Administración Bush del caso argentino es perfectamente acorde con su larga práctica de distorsión y fabricación de evidencias para construir un caso contra sus enemigos geopolíticos. Manipulación que evidentemente continua con la administración de Barack Obama.
Difícil es evitar la conclusión, de que el caso contra Irán por el atentado a la AMIA ha sido impulsado desde el principio por la enemistad de EE.UU. hacia Irán, no por un deseo de encontrar a los verdaderos autores.
La política de EE.UU. hacia el ataque a la AMIA fue desigual desde el principio por una estrategia de la administración de Clinton para aislar a Irán, aprobada en 1993 como parte de un entendimiento con Israel en las negociaciones de paz con los palestinos. El mismo día del ataque, antes que nada se hubiera sabido de quién fue el responsable, el Secretario de Estado Warren Christopher culpó a “los que quieren detener el proceso de paz en el Medio Oriente” - una clara referencia a Irán.
William Brencick, entonces jefe de la sección política de la Embajada de EE.UU. en Buenos Aires y la Embajada de contacto primario para la investigación, refirió en una entrevista concedida a Gareth Porter, prestigioso periodista de investigacion, que “una pared de supuestos” guió el acercamiento de los EE.UU. para con el caso. La hipótesis principal de Brencick refería, que la explosión fue un atentado suicida y que el uso de una bomba suicida, lleva a indicios razonables de la participación por parte de Hezbolá - y por lo tanto de Irán.
A raíz del ataque, el gobierno de Menem solicito a Estados Unidos que enviara un equipo para ayudar en la investigación, y dos días después del atentado, los expertos de la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego llegó a Buenos Aires junto con tres agentes del FBI. Entrevistado el jefe del equipo, experto en explosivos ATF Charles Hunter, por un equipo de investigadores independientes encabezado por el periodista Joe Goldman y el periodista de investigación argentino Jorge Lanata, Hunter dijo que tan pronto como el equipo llegó, la Policía Federal presentó una tesis de que una Renault Trafic de color blanco llevaba la bomba que destruyó la AMIA.
Hunter identificó rápidamente las diferencias considerables entre el coche-bomba de la tesis y el patrón de la explosión registrada en fotos. Él escribió un informe dos semanas más tarde, donde señaló que a raíz de la explosión, la mercadería en un negocio inmediato a la derecha de la AMIA, fue empujada contra las vidrieras de la fachada y la mercadería en otra tienda había volado a la calle - lo que sugiere que la explosión se produjo desde el interior y no fuera del edificio. Hunter también dijo que no entendía cómo el edificio de enfrente todavía podía estar de pie si la bomba había estallado frente a la AMIA, según lo sugerido por la tesis del coche-bomba.
La falta de testigos oculares apoyando la tesis era igual de sorprendente. De alrededor de 200 testigos de la escena, sólo uno afirmó haber visto una Renault Trafic blanca. Varios testigos declararon que estaban en el lugar donde la Trafic debió haber estado cuando se produjo la explosión y no vieron nada. Nicolasa Romero, la esposa de un policía de Buenos Aires, fue la única testigo. Dijo que vio a una Renault Trafic blanca acercandose a la esquina donde ella se encontraba con su hermana y su hijo de cuatro años. Pero la hermana de Romero testificó que el vehículo que les pasó no fue una Trafic blanca, sino más bien negro y amarillo, como un taxi. Otros testigos dijeron haber visto un taxi (negro y amarillo) segundos antes de la explosión.
Fiscales argentinos sostuvieron que fragmentos de una Trafic blanca se incrustaron en la piel de muchas de las víctimas de la explosión demostrado su caso de un ataque suicida. Pero esa evidencia fue desacreditada por Gabriel Levinas, un investigador del propio equipo legal de la AMIA. Levinas es miembro de una familia judía de liderazgo en Buenos Aires, que había publicado una revista de derechos humanos durante la dictadura (el coche de su tío fue utilizado para secuestrar a un criminal de guerra Adolf Eichmann, llevado posteriormente a Israel para ser juzgado en 1961.)
Levinas descubrió que el fabricante de Trafics blancas había enviado los fragmentos del vehículo recuperado por la policía para su análisis y se determinó que ninguna de las piezas había sido sometida a altas temperaturas. Eso significa que estos fragmentos del coche no podrían haber provenido desde la Trafic en cuestión que la policía había identificado como el coche bomba. Con lo cual, la tesis del atacante suicida rápidamente deberia haber sido revisada y descartada.
A pesar de la falta de testimonio de testigos y la debilidad de las pruebas forenses, el Departamento de Estado adhirió públicamente a la historia de un atentado suicida con bomba en 1994 y 1995.
Investigadores independiente, se han cuestionado el motivo por el cual Irán llevaría a cabo una acción contra judíos argentinos y en la acusación de 2006 a varios ciudadanos iraníes, los fiscales argentinos sostuvieron que Irán planeó el ataque a la AMIA porque la administración de Carlos Menem canceló abruptamente dos contratos para la transferencia de tecnología nuclear a Irán.
Pero según con un cable del 10 de febrero 1992 del embajador de Argentina en Irán, el director del Departamento para América del Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán había enfatizado “la necesidad de alcanzar una solución al problema de la transferencia de tecnología nuclear para evitar el daño a los demás contratos”. Irán, por tanto, claramente señaló su esperanza de encontrar una solución negociada que podría reactivar los contratos suspendidos y mantener otros acuerdos con la Argentina también.
El 17 de marzo de 1992, la explosión de una bomba destruyó la Embajada de Israel en Buenos Aires - un incidente en el cual para los fiscales de Argentina, también Irán era responsable. La acusación, sin embargo, cita a un alto funcionario de INVAP, una empresa nuclear argentina, que dominó la Comisión Nacional de Energía Atómica, quien dijo que durante 1992 hubo “contactos” entre INVAP y la Organización de Energía Atómica de Irán “con la expectativa de que la decisión del gobierno nacional sería revisada, permitiendo que las tareas de los contratos se reanuden”. El mismo funcionario confirmó que las negociaciones en torno a los dos proyectos cancelados siguieron desde 1993 hasta 1995 - antes y después de la explosión de la AMIA. Esas revelaciones sugieren que la actitud de Irán hacia la Argentina en el momento de la explosión fue exactamente lo contrario de la expuesto en la acusación.
Carlos Alberto Telleldín.
El 10 de julio de 1994, Carlos Telleldín, vendió la Trafic blanca, que la policía afirmó fue el coche bomba, a un hombre que describió como de acento de América Central. Nueve días después del atentado Telleldín fue arrestado bajo sospecha de ser cómplice del crimen.
La policía afirmó que llegó a Telleldín por el número de serie en el bloque del motor de la furgoneta, que fue encontrado entre los escombros. Pero habría sido un lapsus sorprendente para los organizadores de lo que fue un atentado de otra manera muy profesional, haber dejado intacta como una marca de identificación visible, lo que cualquier ladrón de autos sabe cómo eliminar. Debería haber sido un indicio de que el ataque no fue probablemente orquestado por Hezbolá, cuyos expertos en explosivos eran bien conocidos por los analistas de inteligencia de EE.UU. pues han sido suficientemente inteligentes en la voladura de la embajada norteamericana en Beirut de 1983, para evitar dejar ninguna prueba forense que podría llevar de nuevo a ellos. También debería haber suscitado preguntas acerca de si la evidencia fue plantada por la propia policía.
Está claro que el objetivo real del gobierno de Menem en la detención de Telleldín era implicar a actores específicos en la voladura. En enero de 1995, Telleldín fue visitado por el capitán retirado del Ejército Héctor Pedro Vergez, quien colaboraba como agente de la SIDE, la Secretaria de Inteligencia de Estado Argentina, quien le ofreció US$ 1 millón y su libertad si identificaba a uno de cinco ciudadanos libaneses detenidos en Paraguay en septiembre de 2004 - hombres que según la CIA podrían ser militantes de Hezbolá - como siendo uno de ellos, la persona a quien le había vendido la camioneta. Después de que Telleldín se negó a cooperar, un juez argentino encontró que no había pruebas para detener a los presuntos militantes.
El tribunal en Buenos Aires, que desestimó el caso contra Telleldín en 2004, determinó que una jueza federal, Luisa Riva Aramayo, se entrevistó con Telleldín en 1995 para analizar la otra posibilidad - un pago para declarar que había vendido la camioneta a varios miembros destacados de la Policía de la Provincia de Buenos Aires que fueron aliados del rival político de Menem, Eduardo Duhalde. En julio de 1996, el juez Juan José Galeano, quien estaba supervisando la investigación, ofreció Telleldín de 400.000 dólares para implicar a los agentes de policía en calidad de cómplices en el atentado. (Una cinta de video hecha en secreto por agentes de la SIDE fue transmitida en televisión en abril de 1997 mostró a Galeano negociando el soborno.) Un mes después de hacer la oferta a Telleldín, Galeano acusó a tres altos funcionarios de la policía de Buenos Aires de haber participado en el atentado, basándose en el testimonio de Telleldín.
“No hubo ninguna evidencia real de la responsabilidad iraní.”
En una entrevista realizada a James Cheek, el embajador de Clinton en la Argentina en el momento del atentado, declaró: “Que yo sepa, no hubo ninguna evidencia real de la responsabilidad iraní. Nunca probaron nada”. La pista mas caliente en el caso, recordó, era un desertor iraní llamado Manoucher Moatamer, que “supuestamente tenia toda esta información”. Pero Moatamer resultó ser sólo un bajo funcionario insatisfecho sin el conocimiento de la toma de decisiones gubernamentales que había proclamado. “Por fin se decidió que no era creíble”, recordó Cheek. Ronald Goddard, entonces subjefe de la Misión de EE.UU. en Buenos Aires, confirmó el relato de Cheek. Afirmó que los investigadores no encontraron nada que vinculara a Irán con el atentado. “Toda la cuestión de Irán parecía endeble”, dijo Goddard.
James Bernazzani, el jefe de la oficina del FBI para Hezbolá, fue instruido en octubre de 1997 para reunir un equipo de especialistas para ir a Buenos Aires y poner el caso AMIA a descansar. Bernazzani, ahora jefe de la oficina de la agencia en Nueva Orleans, en una entrevista en noviembre de 2006, dijo cómo llegó a descubrir que la investigación argentina del atentado a la AMIA no había encontrado evidencia real de la participación iraní o de la participación de Hezbolá. Las únicas pistas que relacionan vagamente a los iraníes con el atentado en ese momento, según Bernazzani, eran una cinta de vigilancia del agregado cultural iraní Mohsen Rabbani, en busqueda para la compra de una camioneta blanca Trafic y un análisis de las llamadas telefónicas realizadas en las semanas antes del bombardeo.
Clarín, publicó poco después del atentado, una historia que dejo filtrar el juez Galeano, de que la inteligencia argentina había grabado a Rabbani buscando una Trafic blanca “meses” antes del atentado. Un resumen de las órdenes de detención de Rabbani y otros seis iraníes en 2006, seguía haciendo referencia a “documentos indiscutibles” probando que Rabbani había visitado concesionarios de automóviles en busca de una camioneta como la que supuestamente fue utilizada en el atentado. De hecho, el informe de inteligencia sobre la vigilancia de Rabbani presentado a Galeano diez días después del atentado, demuestra que el día que Rabbani buscaba una Trafic blanca, fue en un concesionario de automóviles el 15 de mayo de 1993 - quince meses antes de la explosión y mucho antes de que los fiscales argentinos hubieran proclamado que Irán decidió como objetivo la AMIA.
En ausencia de pruebas concretas, la SIDE volvió al “análisis de enlaces” de los registros telefónicos para hacer un caso circunstancial de culpabilidad contra Irán. Los analistas dijeron que una serie de llamadas telefónicas realizadas entre el 1 de julio y 18 de julio de 1994, a un teléfono móvil en la ciudad fronteriza brasileña de Foz de Iguazú debe haber sido hecho por el grupo “operativo” organizador del atentado - y que una llamada supuestamente hecha con un teléfono celular perteneciente a Rabbani, puede estar conectada a este mismo grupo. Bernazzani del FBI dijo estar consternado por el uso que hacia la SIDE del análisis de enlace para establecer una responsabilidad. “Puede ser muy peligroso”, declaró. “Usando este análisis, se podría vincular mi teléfono a Bin Laden”. Bernazzani dijo que las conclusiones alcanzadas por los investigadores argentinos eran más que “especulación” y dijo que ni él ni los funcionarios en Washington habían tomado esto en serio como una prueba contra Irán.
Testigos e informantes cuestionables.
Bernazzani admitió que hasta el año 2003, el caso contra Irán era meramente “circunstancial”. Pero según él hubo un gran avance ese año, con la identificación del presunto terrorista suicida como Ibrahim Hussein Berro, un militante libanés Hezbolá, que, de acuerdo con un programa de radio del Líbano, fue muerto en una operación militar contra las fuerzas israelíes en el sur del Líbano en septiembre 1984, dos meses después del atentado a la AMIA. “Estamos satisfechos de haber identificado al atacante sobre la base total de flujo de datos”, afirmo Bernazzani, citando “una combinación de evidencia física y testimonios de testigos.” Sin embargo, la identificación de Berro, también, estuvo marcada por pruebas fabricadas y manipulación.
El nombre de Berro llegó a la SIDE y la CIA por un informante libanés en junio de 2001. El informante afirmó que había hecho amistad con un chofer de Hezbollah y ex asistente de los principales líderes de Hezbollah, llamado Abu Mohamad Yassin, quien le dijo que un militante de Hezbollah llamado “Brru” fue el atacante suicida. Esa historia es sospechosa por varias razones, siendo la más evidente que las agencias de inteligencia casi nunca revelan el nombre, o incluso la posición anterior, de un informante real.
En septiembre de 2003, el testimonio prestado ante la justicia por Patricio Pfinnen, el funcionario de la SIDE a cargo de la investigación del atentado a la AMIA, hasta que fue despedido en enero de 2002, arroja serias dudas sobre la credibilidad del informante. Pfinnen declaró que cuando él y sus colegas volvieron al informante con más preguntas, “algo salió mal con la información, o nos estaban mintiendo”. Pfinnen dijo que su equipo finalmente desechó la teoría de Berro porque las fuentes en el Líbano habían “fracasado y no tenían garantías”. Concluyó, “tengo mis dudas acerca de que Berro sea la persona que se inmolo”.
Un año mas tarde, en septiembre de 2004 el tribunal de Buenos Aires absolvió a Telleldín y a los funcionarios de policía que habían sido encarcelado años antes, y en agosto de 2005 el juez Galeano fue destituido y removido de su cargo. Pero los sucesores de Galeano, los fiscales Alberto Nisman y Marcelo Martínez Burgos, continuaron con la esperanza de convencer al mundo de que podrían identificar a Berro como el atacante. Ellos visitaron Detroit, Michigan, donde se entrevistaron con dos hermanos de Berro y obtuvieron fotos. A continuación, se manipuló a la única testigo que afirmaba haber visto la Trafic blanca en la escena del crimen - Nicolasa Romero.
En noviembre de 2005, Nisman y Burgos, anunciaron que Romero había identificado a Berro por las fotos de Detroit como la misma persona que había visto justo antes del atentado. Romero, por otra parte, dijo que “no podía estar completamente segura” de que Berro fue el hombre en la escena. En un testimonio judicial, de hecho, ella dijo que no había reconocido a Berro de la primera serie de cuatro fotografías que le habían mostrado, o incluso de un segundo set. Finalmente vio algunas "similitud en la cara" en una de las fotografías de Berro, pero sólo después de que la policía le mostrara un retrato basado en su descripción después de la explosión.
A pesar de un caso contra Irán, que carecía de credibilidad, pruebas forenses, testigos oculares y se basó en gran medida de la inteligencia dudosa y el testimonio de un desertor desacreditado, Nisman y Burgos redactaron su acta de acusación contra seis ex funcionarios iraníes en 2006.
Miguel Bronfman, abogado principal en representación de la AMIA y el juez Rodolfo Canicoba Corral, quien posteriormente emitió las órdenes de detención para los iraníes, dijo a la BBC que la presión de Washington fue instrumental en la repentina decisión de emitir las acusaciones del mes siguiente. Corral indicó que no tenía ninguna duda de que las autoridades argentinas habían sido empujadas a “unirse a los intentos internacionales para aislar al régimen de Teherán”.
Poder nuclear y armas de destrucción masiva.
Pero una nación supuestamente terrorista debe ser sospechada de desarrollar o poseer armas de destrucción masiva y de ello también se acusa a la República Islámica de Irán, a pesar de que no existe ningún tipo de evidencia que lo avale. Estados Unidos, poseedor de gran cantidad de armas de destrucción masiva, ya anunciaba en abril pasado a través de Barack Obama, que los Estados Unidos no utilizará armas nucleares, "salvo en situación de emergencia” y que no empleará armas nucleares contra signatorios del Tratado De No Proliferación Nuclear (TNP) excepto en el caso de “Irán y Corea del Norte”.
Hipocresías de la nueva de Estados Unidos e Israel:
- Irán no tiene armas nucleares o cualquier otro tipo de armas de destrucción masiva.
- Los Estados Unidos tiene por amplia mayoría el mayor arsenal de armas nucleares en el mundo, incluyendo 90 ojivas nucleares a lo largo de la frontera iraní.
- Así mismo, Israel es el mayor poseedor de armas nucleares posicionado 6º en el mundo y se estima que poseen al menos 300 ojivas nucleares.
- Irán ha insistido en varias ocasiones que su programa nuclear responde a propósitos pacíficos, que no cree en el uso de armas atómicas, ni tampoco tiene intención de adquirir armas nucleares u otras de destrucción masiva, por sus fuertes principios religiosos.
- Israel, quien ha iniciado varias guerras en la región en sus 60 años de historia, ha dicho que tiene la intención de borrar a Irán del mapa y a menudo amenaza a Irán; pero con insolencia se ha negado a hacer cualquier tipo de promesa de no usar sus armas nucleares.
- Estados Unidos es el único país en la historia que ha lanzado bombas atómicas contra otros países. Dos veces. Y ahora abrieron la posibilidad de utilizarlas en contra de Irán y Corea del Norte o cualquier país que ellos decidan, si lo requiere una "situación de emergencia".
- Irán es signatorio del Tratado de No-Proliferación y sin embargo, los Estados Unidos continua políticas para lograr su aislamiento internacional y sanciones.
- India no es signatoria, pero EE.UU. esta vendiendole abiertamente "tecnología nuclear", que los hace capaces de desarrollar un programa de armas nucleares.
- Israel continuamente se niega a firmar cualquier tratado de no proliferación.
- El trabajo nuclear de Irán está bajo la inspección de la Agencia de Vigilancia Nuclear de la ONU, que ha certificado la no desviación de uranio enriquecido para fines no aprobados.
- Israel en cambio, se niega a permitir cualquier tipo de inspección en sus instalaciones nucleares.
Las potencias imperialistas, obviamente tienen una agenda, intereses creados y es evidente dado su doble estándar que le permite a Israel, una nación belicosa, tener y desarrollar armas nucleares sin firmar el TNP y aún así, llamarlo un estimado aliado. Mientras que al mismo tiempo trata de demonizar a Irán como un "estado terrorista" con armas de destrucción masiva sin ninguna prueba de ello, de hecho Estados Unidos usa métodos fraudulentos para hacer avanzar sus objetivos y hacer propaganda sobre un futuro ataque, que por supuesto será categorizado como "preventivo". Este es el exacto modus operandi ya empleado para justificar la guerra ilegal en Irak.
Fabricación de supuesta evidencia:
- El comando militar de EE.UU. en Irak alegaba que existía un "conducto" de distribución de armas de Irán a Irak, lo que implica que proveían a chiítas iraquíes con cientos de RPG (lanzacohetes antitanque portátil). Sin embargo, funcionarios de EE.UU. han fracasado hasta el momento en aportar pruebas que apoyen esta afirmación y un informe militar de EE.UU. retrasado largamente, mostró que de los misiles RPG capturados, no era ninguno de origen iraní.
- La administración de Barack Obama dijo que Irán está proporcionando formación y asistencia militar a los talibanes en Afganistán. Una vez más, no hay pruebas de ello y de hecho esta afirmación fue desacreditada por los datos obtenidos por el propio Pentágono. Desde principios hasta mediados de 1990, la política de Irán acerca de Afganistán ha sido más consistente y firme en su oposición a los talibanes, que la propia política de los Estados Unidos.
- Los EE.UU. acusó a Irán de suministrar armas anti-tanque a los talibanes. Pero, en realidad, las minas anti-tanque que fueron descubiertas, habían sido facilitadas por los Estados Unidos para el movimiento yihadista en Afganistán en la década de 1980. Vinieron de los EE.UU. y no Irán.
- La Agencia de Vigilancia Nuclear de la ONU ha ocultado pruebas de que los documentos que presuntamente muestra un programa secreto de armas nucleares iraníes habían sido falsificados. Esta Agencia hizo poco o nada para poner a prueba la autenticidad de los documentos de inteligencia o para interrogar a los funcionarios de los gobiernos que las tienen. De hecho, la Agencia se negó a reconocer públicamente, evidencia significativa aportada por Irán que cuestiona la existencia de estos documentos secretos pues carecen en realidad del rigor necesario, sin marcas, membretes o sellos que los validaran. Cartas que se pretende decir pertenecen a funcionarios del Ministerio de Defensa, no tenían siquiera los sellos del Gobierno Irán.
Washington y sus aliados occidentales acusan a Irán de ser un "Estado Terrorista" y de tener la "intención" de desarrollar armas nucleares bajo la fachada de un programa nuclear civil. Pero nunca han presentado ninguna prueba que corrobore o substancie estas acusaciones, al igual que no existen pruebas que vinculen a Irán con el ataque que sufriera la AMIA.
http://www.aptotodopublico.com/2010/09/amia-busqueda-de-un-pais-neutral-para.html
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