lunes, septiembre 20, 2010

ACCIÓN URGENTE! PRÓXIMO JUEVES: EJECUCIÓN EN ESTADOS UNIDOS DE UNA MUJER CON BAJO COEFICIENTE INTELECTUAL


Se ha fijado el 23 de septiembre como fecha para la ejecución en Virginia, EE.UU. de Teresa Lewis, una mujer que, según las evaluaciones de expertos, bordea el retraso mental y que ha sido considerada “el cerebro” del asesinato de su esposo y su hijastro. Los hombres que cometieron los homicidios fueron condenados a cadena perpetua.

Matthew Shallenberger y Rodney Fuller mataron a disparos a Julian Lewis y a su hijo Charles Lewis, mayor de edad, en su casa en la madrugada del 30 de octubre de 2002. El 15 de mayo de 2003 Teresa Lewis se declaró culpable de asesinato punible con la pena capital por su participación en los homicidios, una declaración que suponía ser juzgada por un juez en vez de por un jurado. La fiscalía afirma que esta mujer convenció a Matthew Shallenberger y a Rodney Fuller para que cometieran los asesinatos, con sexo, regalos y la promesa de compartir el dinero obtenido del seguro de vida. El juez concluyó que Teresa Lewis era “el cerebro” que estaba detrás de los asesinatos y la condenó a muerte basándose principalmente en la versión del delito que ofreció la fiscalía. Ésta aceptó que Rodney Fuller fuese condenado a cadena perpetua mientras se declarase culpable y cooperase, y el juez, “en conciencia” manifestó que no podía condenar a Matthew Shallenberger a una pena más dura que la de Fuller.

Un psicólogo evaluó a Teresa Lewis antes de su declaración y concluyó que tenía un coeficiente de inteligencia de 72, lo que significaba que su función intelectual bordeaba el límite del “retraso mental”. Investigaciones llevadas a cabo después de que fuera declarada culpable proporcionaron pruebas adicionales sobre sus discapacidades mentales. Un segundo psicólogo, seleccionado por el estado, valoró su coeficiente de inteligencia en 70. Expertos médicos han diagnosticado a Teresa Lewis un trastorno de la personalidad por dependencia así como adición a los analgésicos antes de cometerse los delitos, cuestionando la etiqueta de “cerebro” que se le ha aplicado (véase al dorso).

Por el contrario, el coeficiente intelectual de Matthew Shallenberger fue valorado en 113 (y el de Rodney Fuller en 68). En una entrevista que realizó la defensa de Teresa Lewis en 2004, Matthew Shallenberger dijo que él “había manipulado todo” y que los asesinatos habían sido idea suya. Shallenberger dijo a un investigador de la defensa, según palabras de éste, que “en cuanto conoció a Teresa, se dio cuenta de que era una persona no demasiado inteligente y fácil de manipular”. El investigador afirmó que Matthew Shallenberger dijo que aunque cometió el delito por el dinero de los seguros de vida que él supuso que las víctimas tendrían, “él y Teresa nunca hablaron en concreto ni del dinero, ni de de los seguros, ni de que Teresa le fuera a ‘pagar’ por los asesinatos”. Por otro lado, en una carta escrita a un amigo a la que tuvieron acceso los abogados, Matthew Shallenberger decía que “la única razón para mantener relaciones sexuales [con Teresa Lewis] era por el dinero, para que ella se ‘enamorase’ de mi y me diese el dinero del seguro”. Además, en 2004, Rodney Fuller dijo que “me daba la sensación que la Sra. Lewis hacía todo lo que Shallenberger le pedía que hiciese” y que “definitivamente, Shallenberger era quien estaba al frente de la situación, y no la Sra. Lewis”.

ESCRIBAN INMEDIATAMENTE en inglés o en su propio idioma, con sus propias palabras:
  • Aclarando que no pretenden justificar el asesinato de Julian y Charles Lewis;
  • Haciendo constar los indicios de la incapacidad mental de Teresa Lewis y que las pruebas presentadas por los abogados de la apelación arrojan dudas sobre la versión de los delitos que ofreció la fiscalía, en gran parte aceptada por el tribunal;
  • Haciendo constar que los dos autores materiales de los asesinatos han sido condenados a cadena perpetua y que uno de ellos ha afirmado, a partir de ese momento, ser el cerebro de los asesinatos
  • Solicitando al gobernador que conceda el indulto y que conmute la pena capital de Teresa Lewis.
ENVÍEN LLAMAMIENTOS ANTES DEL 23 DE SEPTIEMBRE DE 2010 A:
Gobernador del estado de Virginia
Governor Bob McDonnell
Office of the Governor,
PO Box 1475, Richmond, Virginia 23218, USA
Fax: +1 804 371 6351
Tratamiento: Señor Gobernador
Envíen también copia a la representación diplomática acreditada en su país. Consulten con la oficina de su Sección si van a enviar los llamamientos después de la fecha antes indicada.

INFORMACIÓN ADICIONAL

Los abogados de Teresa Lewis obtuvieron la valoración de su salud mental después de que fuera condenada a muerte en 2003. En 2004, una catedrática en psiquiatría de la Commonwealth University de Virginia señaló que “antes, durante e inmediatamente después de los asesinatos, la condición y facultades mentales de la Sra. Lewis estaban mermadas como consecuencia de las varias discapacidades que sufría. Estas discapacidades incluyen: 1. trastornos del desarrollo, es decir, capacidad intelectual límite; 2. personalidad pasiva-dependiente; y 3. dependencia de fármacos... Según mi opinión estas limitaciones hacen muy improbable que fuese capaz de iniciar y de planear el delito... En el momento en el que se cometieron los hechos, su juicio estaba seriamente mermado por sus discapacidades y su adición, y podría haber sido influida por otros fácilmente”. Asimismo, manifestó que el consumo de medicamentos y la adición de Teresa Lewis a los mismos podrían haber explicado la falta de remordimientos que mostró en el momento en el que se cometieron los homicidios, un factor que la fiscalía y los tribunales han señalado como justificante de su condena de muerte. La psiquiatra señaló que “parece claro que la Sra. Lewis siente una culpa y unos remordimientos enormes por sus actos. En la actualidad está bajo tratamiento por un trastorno por estrés post-traumático con medicación y psicoterapia. Dice tener frecuentes flashbacks de lo ocurrido, soñar con ello, sigue teniendo insomnio y en el momento de dormir recuerda los acontecimientos. Describe entre lágrimas la noche del asesinato y el impacto que tuvo sobre su familia, en especial sobre su hijo.”

Además, en 2004, otro experto en saludo mental, un catedrático de psicología de la Duke University, Carolina del Norte, dio su opinión. Llegó a la conclusión de que “cuando se tienen en cuenta los indicios de diversa índole, resulta muy claro Teresa no tenía ni la inteligencia verbal ni la iniciativa independiente para elaborar y crear un plan para asesinar a las víctimas. Tampoco concuerda ni con los perfiles comprobados ni con los modelos de personalidad mostrados en las elecciones que ha hecho en su vida que Teresa mandase o dirigiese a dos hombres para cometer estos homicidios. Teresa pasó su vida recibiendo “órdenes” de hombres y obedeciendo a sus deseos para agradarles... Desde un punto de vista psicológico, una mujer que funcionalmente tiene un retraso intelectual, con un trastorno de la personalidad pasiva-dependiente, y la costumbre de buscar la aprobación sumisa de los hombres a lo largo de toda su vida, no es la opción más indicada para ser el cerebro de la trama de un brutal asesinato.” En relación a la valoración del coeficiente intelectual que se llevó a cabo cuando fue condenada, declaró que “en términos pragmáticos, el nivel intelectual de una persona con un coeficiente de 72 no podría discernirse del de una con uno de 69. De hecho, no sería razonable, desde el punto de vista profesional, basar una decisión de vida o muerte en tres puntos del coeficiente intelectual” (en Estados Unidos está prohibida la ejecución de personas con “retraso mental”; un coeficiente intelectual de 70 o inferior es un signo de un posible retraso mental).

El juzgado de primera instancia celebró una vista probatoria posterior a la sentencia condenatoria en la que se presentaron estas pruebas. El estado presentó una evaluación realizada por otro experto en salud mental que rechazó el diagnóstico de desorden de la personalidad dependiente y de la adición de Teresa Lewis a los medicamentos. Señaló que Teresa Lewis tenía la capacidad mental para planear y para llevar a cabo la trama del asesinato. El juez confirmó la pena de muerte y el tribunal de apelación reafirmó su decisión.

En los últimos siete años, Teresa Lewis, la única mujer a la espera de ser ejecutada en Virginia, ha estado recluida en la unidad de segregación (no por motivos disciplinarios) del Centro Penitenciario para Mujeres de Fluvanna. Pasa casi todo el tiempo sola en su celda. Cuando se le permite salir fuera para “recreo”, lo hace sola. Puede escuchar y hablar con las otras compañeras que se encuentran en la unidad de segregación de forma temporal por motivos disciplinarios o por tener un comportamiento perjudicial con población general de las instalaciones. Periódicamente, también se le permite reunirse con el capellán de la prisión.

Amnistía Internacional se opone incondicionalmente a la pena de muerte, en todos los casos y en todos lo países. Desde que Estados Unidos reanudara los homicidios judiciales en 1977, ha ejecutado a 1.224 personas, 1213 hombres (el 99 por cierto) y 11 mujeres. En Virginia se han llevado a cabo 107 de estas ejecuciones. La última mujer ejecutada en Virginia fue Virginia Christian, que murió en la silla eléctrica del estado el 11 de agosto de 1912 por un asesinato cometido cuando tenía 17 años. La última mujer ejecutada en Estados Unidos fue Frances Newton, en Tejas, en septiembre de 2005. En este año, 36 personas han sido ejecutadas en EE.UU., dos de ellas en Virginia.

Fuente: Amnistiá Internacional

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