La CTA y una elección trascendental. Por MTL-Corriente Nacional Agustín Tosco
El 23 de septiembre, los compañeros y compañeras que integramos la central tenemos una oportunidad y enfrentamos un desafío.
De donde venimos:
La CTA, nació allá en Burzaco, hace casi 20 años, como necesidad histórica de construir un instrumento para organizar la lucha de la clase trabajadora y enfrentar el modelo neoliberal.
Es importante, para entender en que momento nos encontramos, recordar que en los 90, se impuso un proyecto que se caracterizo por una transformación del país, a favor de los grupos económicos extranjeros y concentrados. Que entrego el patrimonio nacional, destruyo la educación, la energía, los recursos naturales, la salud, la jubilación, el aparato productivo, provocando el cierre de cientos de empresas y cientos de miles de desocupados, expulsando a millones de personas a la marginalidad, y que agravo nuestra dependencia incrementando la deuda externa.
La lucha de los trabajadores del estado, de los telefónicos, de los ferroviarios, y de los docentes entre otros fueron el preámbulo de la lucha de resistencia para impedir ese plan de entrega. Los dirigentes de ese entonces de la CGT, en su mayoría miraron para otro lado o fueron cómplices de ese proceso.
Por eso nos propusimos otro modelo de sindicalismo, autónomo de los gobiernos de los patrones y de los partidos políticos, respetuoso de las diversas identidades partidarias en las que se identifican los trabajadores.
Un modelo de sindicalismo capaz de representar no solo a los trabajadores sindicalizados, sino también a los que trabajan en negro, a los inmigrantes, a los discapacitados, a los trabajadores informales, a los cooperativistas, a los desocupados, a los jóvenes y a los jubilados.
Un sindicalismo democrático, en el que los trabajadores sean los que decidan a que sindicato se afilian y cual es su central de trabajadores, con elección directa, de sus afiliados, desde el primero hasta el último, y con discusión y decisiones tomadas en cada instancia de la central.
Por estas y otras razones, que seria largo enumerar, fundamos la CTA.
Hoy, los compañeros y compañeras, de la CONAT, estamos convencidos que tenemos la oportunidad de ejercer ese derecho democrático, de elegir, no solo a quienes consideremos los mejores hombres y mujeres para conducir la central, sino a aquellos que representan a este modelo político sindical.
En busca de este objetivo, integramos la Lista Nº 10 CTA De Los Trabajadores. Una construcción amplia, unitaria y representativa. Esta unidad, la hemos forjado en base a coincidencias políticas y programáticas, y sin que ninguno de los que somos parte de esta lista, renunciemos a nuestra propia identidad.
Nosotros creemos, que estamos también ante un gran desafío, sostener lo conquistado e ir por más.
Porque soplan nuevos vientos en nuestro continente, en Bolivia, en Ecuador, y en Venezuela, encabezando un camino junto a Cuba, pero con el rol de otros gobiernos y pueblos que luchan por un camino de autonomía frente al imperialismo norteamericano, que se resiste a abandonar su presa, y disemina bases militares a diestra y siniestra y alienta y organiza a las derechas destituyentes.
Nuestro país, forma parte indiscutible de esa búsqueda de otro camino. Así fuimos parte de batallas algunas perdidas como la de la 125, pero otras ganadas. Allí están para demostrarlo, la acción conjunta contra el golpe de estado en honduras, contra el intento de voltear el gobierno de Evo, y la intervención por evitar un conflicto bélico entre Colombia y Venezuela.
En nuestro país, la Asignación Universal por hijo, la vuelta a sistema de jubilación de reparto, desplazando a las Afjp, la ley de medios, las cooperativas de trabajo del plan argentina trabaja, el juzgamiento a los genocidas, van señalando un camino.
Cuando miramos hacia atrás, y comparamos la situación actual con la que teníamos en la década del 90, vemos que hemos recuperado parte del terreno perdido. Pero no nos conformamos. Somos concientes que reconocer esos progresos, no solo es correcto sino que es necesario. La derecha sojera, y la oposición que le es funcional, trabajan para imponer nuevamente el modelo de menem y cavallo. Y estos tienen nombre y apellido: De Narváez, Carrió, Duhalde, Sola, Macri, son algunos de los que se apresuran a cascotear a este gobierno, para debilitarlo y ocupar su lugar.
Solo avanzando, podremos aventar los peligros de una vuelta atrás. De rebaja de salarios, de libertad absoluta de precios, de despidos masivos, de represión a las luchas del movimiento popular. Por eso no debemos confundir al enemigo.
Por eso luchamos y lucharemos a fin de forjar una central autónoma y con personería al servicio de los trabajadores. Por una justa distribución de la riqueza. No a la baja de la edad de imputabilidad. Más escuelas, menos cárceles. Para aportar a la unidad política y social del campo popular.
Por la defensa de la soberanía nacional, la recuperación las riquezas naturales y del patrimonio nacional. Para enfrentar a la derecha, los grupos concentrados de poder de la ciudad y del campo, y el imperialismo. Por la integración de los pueblos del continente y la unidad de todos los trabajadores. Para construir poder popular para que la clase obrera, no sea un convidado de piedra sino un protagonista en la lucha por los cambios, y la liberación nacional y social.
Como decía el gringo Tosco: “hay dos formas de entender el sindicalismo, el de conciliación y adaptación al sistema, y el de liberación comprometido con la constitución de un bloque popular capaz de transformar a las grandes mayorías oprimidas en sujeto del cambio revolucionario”
El 23 de septiembre votamos a
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