domingo, julio 11, 2010

POR LA APLICACIÓN DE LA "ASIGNACIÓN UNIVERSAL POR HIJO" (AUH) YA HAY MÁS DE 200 MIL PIBES QUE HOY VAN A LA ESCUELA///////


Para responder a la mayor demanda se está invirtiendo en mobiliario escolar. (FOTO TELAM)

Cuáles son los datos reales de la asignación por hijo en la educación. 
 
Mientras la oposición amenaza con bajar las retenciones que permiten financiar al Estado a la vez que plantea la extensión de la Asignación por Hijo, los datos reales hablan de más de 200 mil chicos de todo el país que se incorporaron al sistema educativo gracias a ese beneficio implementado por el Gobierno pocos meses atrás.

El aumento de la matriculación obligó a las autoridades a posponer hasta el 31 de agosto la entrega de libretas para los chicos que perciben la AUH. Cuando ese proceso termine se sabrá con mayor precisión cuál es el universo exacto de los pibes incorporados, ya sea en el nivel inicial, la primaria o la secundaria.

“Sólo en la provincia de Buenos Aires podemos hablar de más de 150 mil chicos incorporados al sistema –dijo a Miradas al Sur el ministro de Educación, Alberto Sileoni–. La mayor incidencia se verifica en el secundario y luego en el nivel inicial. Es menor en la primaria, que siempre fue la mejor cubierta.” Aunque se trata de un dato previsible, Sileoni confirma que los seguimientos que efectúa el Ministerio de Educación confirman que la mayor demanda de libretas y los focos de la nueva oleada de matriculación se dan especialmente en los barrios urbano-marginales.

El impacto de la AUH se está verificando en un nuevo escenario político, menos rígido y más rico que el existente hace unos pocos meses. Inicialmente la oposición respondió al lanzamiento de la AUH con un discurso automático y falaz que hablaba o de clientelismo o del vaso medio vacío y hasta del peligro de que los dineros estatales fueran al consumo de drogas. A regañadientes se terminó aprobando la iniciativa oficial y en las últimas semanas se presiona para hacerla definitivamente universal. Más allá del discurso espasmódico opositor, que apunta a la quita de recursos fiscales por un lado y pide más inversión social por el otro, sin explicar de dónde obtener nuevos fondos, resulta curioso y hasta positivo que en estas últimas semanas se corra al gobierno con una agenda de centroizquierda. La afirmación se puede invertir: ¿quién corre a quién por centroizquierda?

En sentido contrario a los pronósticos de catástrofe de los tiempos electorales ya nadie niega la recuperación económica, disminuyeron los conflictos con los movimientos sociales por la distribución de los planes del programa Argentina Trabaja, se aceptan los efectos virtuosos de diversas iniciativas económicas y sociales. Un tema olvidado: con fuerte reactivación productiva no hay colapso energético. Y ya funcionan la nueva central térmica de Rosario y el gasoducto transmagallánico: 37,7 km de caños corriendo 70 metros por debajo de la superficie del mar, a un costo de 314 millones de dólares.

En cuanto a la AUH, las primeras informaciones sobre su impacto en los niveles de matriculación surgieron hace pocos meses de una batería de encuestas implementada por el Ministerio de Educación con directores de escuela de todo el país. De las respuestas y de otros datos parciales surgió un porcentaje presunto en la suba de matriculación que no es el que maneja oficialmente el Ministerio de Educación, que prefiere hablar de una cifra “en construcción”. Aun desde esa prudencia, esa cifra en construcción de 200 a 250 mil chicos incorporados en las escuelas implica un impacto social de enorme relevancia, particularmente en el nivel secundario, al que se suma la tendencia de estos últimos de mayor matriculación. A modo de comparación histórica, basta recordar que hace no muchos años Daniel Filmus planteó en la ciudad de Buenos Aires la novedad del secundario obligatorio para todos. Es decir que ese horizonte era relativamente novedoso y utópico muy poco tiempo atrás.

Avances, desafíos. Sileoni parece eludir los discursos exitistas y se hace cargo de los serios desafíos que implica seguir avanzando en mayores niveles de incorporación de los chicos excluidos del sistema educativo. Los propios documentos internos tanto del ministerio como del Consejo Federal de Educación hablan (aunque se trata de datos a pulir) de 30.000 chicos en todo el país que no asisten al jardín, de 75.000 que no concurren a la primaria y de más de 400.000 de entre 13 y 18 “que estarían en condiciones de ingresar o reingresar a la escuela secundaria”.

Con o sin Asignación por Hijo, a nivel nacional se está implementando un conjunto de medidas para afrontar tanto la nueva realidad de los centenares de miles de pibes recién incorporados al sistema como de los otros que faltan. Esto tiene alguna relación con una de las primeras instalaciones hechas por el Grupo Clarín apenas se detectó el impacto de la AUH en la educación: “Faltan bancos”.
“No era que faltaban bancos –dice hoy el ministro Sileoni– sino que hay muchos más chicos en las escuelas.” Desde hace meses, buena parte de los esfuerzos del Ministerio de Educación tienen que ver con la necesidad de dotar de mejor infraestructura y mobiliario a las escuelas de todo el país. Sólo mediante una compra conjunta con el Ministerio de Planificación Federal se invirtieron ocho millones de pesos, a los que se suman transferencias de recursos a provincias (Buenos Aires, Entre Ríos, La Rioja, Santiago del Estero, Tucumán, Corrientes) para la adquisición de insumos por otros $ 7.600.000. En el total de la escala nacional los planes de mejora de escuelas para el 2010 alcanzan a 3.555 establecimientos, de los cuales 1.400 corresponden a Buenos Aires.

Los viejos núcleos duros. Tal como acepta Sileoni, el desafío de seguir incluyendo a los pibes pertenecientes a los núcleos más duros de la pobreza implica trabajar en múltiples niveles. No se trata sólo, como se está haciendo, de invertir en compra de bancos, insumos o distribución de libros sino de flexibilizar modos de estudio, currículas, sistemas organizacionales.

En ese sentido cada vez más se comienzan a implementar más clases a contraturno con tutores que siguen de cerca cada historia de vida de los chicos (“los pobres no acceden al profe particular”, apunta Sileoni), aulas de aceleración y de multigrado, ciclos lectivos que comienzan en agosto y finalizan en el agosto siguiente, subsidios para movilidad estudiantil. Se trata de un objetivo difícil: llegar a los puntos más extremos y ocultos del mapa de la exclusión, para ubicar, incorporar y retener a los chicos en las escuelas. Para eso se trabaja también en el marco de la red de organizaciones de la sociedad civil en la que participan más de mil ONG, entre las que destacan Cáritas, FOC (Fundación de Organización Comunitaria) y SES (Sustentabilidad-Educación-Solidaridad).

En el contexto del ministerio y del Consejo Federal de Educación surgen nuevas propuestas y planteos para afrontar, en el caso del nivel inicial, el problema de la falta de vacantes intensificando y ampliando “el uso de los tiempos y espacios, cuando la construcción de nuevas salas no resulte posible”. Las propuestas van desde la eventual creación de un tercer turno según de qué nivel se trate a la generación de fondos para aquellos jardines que añadan un nuevo turno, o la instalación de nuevas salas en ámbitos sociocomunitarios: clubes, parroquias, organizaciones de la sociedad civil. En el caso del nivel primario se lanzaron también los Centros de Actividades Infantiles concebidos para integrar a los chicos excluidos que requieren de mayor apoyo pedagógico y acompañamiento para acceder y/o completar sus estudios.

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